Odebrecht parió el mayor escándalo de corrupción de la historia de Panamá.
Lo hizo con presidentes y ministros, sus familiares y testaferros, asesores e intermediarios de tres gobiernos de tres partidos distintos. Desde que aterrizó en el istmo, en marzo de 2006, y por los siguientes 10 años pagó sobornos millonarios para conseguir al menos 20 megaproyectos públicos con sobrecostos igual de millonarios.
Todo eso fue investigado por el Ministerio Público de Panamá (MP) en un proceso inacabable e inabarcable de seis años. Si una persona lee un promedio de 130 palabras por minuto, tardaría hasta cinco años sin dormir leyendo el expediente completo: son 915 mil hojas divididas en 2,194 tomos, con 146 asistencias internacionales y 101 imputados. Solo la vista fiscal, que recoge las formas, el fondo y los protagonistas, abarcó 931 páginas, con detalles conocidos y desconocidos de una trama compleja y enredada.
Para desentrañarla, un equipo de La Prensa tradujo la maraña judicial y la convirtió en una base de datos interactiva donde los usuarios pueden ver quiénes estuvieron involucrados y navegar en sus interacciones: qué hicieron, dónde, con qué métodos y con la ayuda de quiénes.
Panabrecht: los imputados y sus vínculos
Durante dos meses, tres periodistas analizaron la vista fiscal, identificaron a los imputados y los unieron con sociedades, testaferros, bancos, abogados y familiares en más de 26 países, mediante un vínculo o interacción -recibió pagos, abrió una cuenta bancaria, es beneficiario final de esa cuenta o de una sociedad, entre otros-. Fueron 500 horas de trabajo de lectura, identificación y chequeo de información, para una primera entrega de esta base interactiva y sin precedentes del caso Odebrecht en Panamá.
El resultado es un entramado de 775 agentes enredados en transferencias, adquisiciones y vínculos laborales y otras 1,851 interacciones en 26 países, con un único centro en Panamá. ‘Panabrecht: los imputados y sus vínculos’ es la anatomía del escándalo, elaborada exclusivamente con información de la investigación judicial y compartida desde hoy en prensa.com. Un viaje al centro de la corrupción nacional.
La trama y subtramas
Si quisiéramos simplificar el análisis de lo colosal, diríamos que la trama expuesta en Panabrecht está dividida en tres universos: los sobornos, las campañas políticas y el mecanismo. Pero delimitarlos es imposible, porque las personas de cada universo integran más de uno y los mecanismos son transversales a todos.
En Panabrecht hay 446 registros de transferencias entre personas y empresas, que recibieron fondos a través de la estructura offshore que montó Odebrecht para pagar sobornos. Y no son todos los pagos que hubo en el capítulo local del Lava Jato: la base es un primer corte de la vista fiscal, cuya lectura tomó 13 días de septiembre de 2022 en la audiencia preliminar, enfocado en los imputados y sus vínculos. Su actualización será permanente y se compartirán versiones enriquecidas en los próximos meses.
Hasta ahora vemos que, para canalizar esos pagos, la gigante brasileña creó sociedades en jurisdicciones como Bahamas, Islas Vírgenes Británicas y Panamá, con cuentas asociadas en bancos en Panamá, Andorra, Suiza y Antigua y Barbuda: hay 33 sociedades de Odebrecht, 233 de agentes locales y 83 bancos en Panabrecht.
La mayoría de los bancos son de Suiza, Antigua y Barbuda, Panamá y Andorra. Los que más se repiten son dos: Banca Privada de Andorra (BPA) y Credicorp. ¿La razón? Fueron los más usados.
La BPA era entonces una mole con 168,000 empleados y sucursales en 28 países. El gobierno de Andorra la intervino en marzo de 2015, después de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos la denunciara por administrar fondos de tramas criminales. Arrinconada por la presión internacional, en 2016 renunció al secreto bancario y abrió los registros que se constituyeron en evidencia de la investigación del MP.
A través de BPA, Odebrecht giró miles de millones a exministros como Federico Pepe Suárez Cedeño, Demetrio Jimmy Papadimitriu y Frank De Lima. También a los hermanos Luis y Ricardo Martinelli Linares, condenados en mayo de 2022 en un tribunal de Brooklyn, Estados Unidos, por “su papel en el lavado de $28 millones de dólares en un esquema internacional de sobornos y lavado de dinero involucrando a la constructora Odebrecht”.
La banca andorrana, además, era cliente de un bufete local: Alemán, Cordero, Galindo y Lee, que aparece en Panabrecht por haber creado y legalizado al menos 18 sociedades vinculadas a la trama panameña. No es la única firma de abogados ni son los únicos intermediarios. También hay más bancos.
Credicorp aceptó concretar todas las aspiraciones de la constructora en Panamá sin chistar, según las declaraciones de quien fuera encargado del Departamento de Operaciones Estructuradas (una suerte de oficina de coimas) de Odebrecht, Hilberto Mascarenhas da Silva, que figuran en la causa local. Ejecutivos y operadores financieros de Odebrecht, además, terminaron comprando el 51% de las acciones del Meinl Bank de Antigua y Barbuda, para girar millones de dólares sin enfrentar las preguntas de las áreas de compliance de otras instituciones financieras.
A través de ese banco canalizaron los fondos destinados a la campaña del expresidente Juan Carlos Varela.
Enredados
Panabrecht muestra qué personas participaron del caso, de qué manera y con la ayuda de quiénes, como se dijo. Y evidencia las relaciones de cada uno de los 775 agentes, si se conectan entre ellos, cuáles eran sus vínculos o cómo interactuaban. La conclusión es que hay menos de un grado de separación, incluso entre personas supuestamente enfrentadas.
Un ejemplo obvio es la obra de renovación urbana de Curundú, donde confluyeron los expresidentes Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela cuando eran parte del mismo gobierno (2009-2014) por la alianza entre los partidos que ambos lideraban -Cambio Democrático y Panameñista-. Por las funciones institucionales que cumplían cuando la obra fue adjudicada en 2010, además del entonces presidente y su vice, se conecta el exministro de Vivienda y copartidario de Varela, Carlos Duboy.
Los fiscales encontraron algunas conexiones más: Jaime Lasso, hombre de confianza de Varela, ofició de facilitador de Odebrecht abriendo al jefe de la empresa en Panamá, André Rabello, las puertas del despacho del encargado del proyecto, Duboy.
Duboy aparece en Panabrecht con más de 20 interacciones. Si cualquiera entra a los nodos interactivos de la base y permanece en su perfil por un minuto, notará muy pronto que una sociedad anónima suya -Strategic Management Group Inc.-recibió pagos de una vieja conocida en Panamá: Constructora Internacional del Sur, propiedad de Odebrecht. Las interacciones de esa sociedad por envío de dinero a empresas y personas trepan a 45 en la base y alcanzan al clan Martinelli, las campañas de Varela y su contrincante en 2014, José Domingo Arias, los nodos del Panameñista y de Cambio Democrático.
Martinelli, Varela, Duboy y Lasso son parte de los 36 llamados a juicio por blanqueo de capitales en Panamá. Hubo además 29 sobreseimientos y 18 acuerdos de colaboración eficaz. Todos los nombres están en Panabrecht.
Y revueltos
En la foto de universos interconectados que es Panabrecht, muchas relaciones asombran. Sigamos con el nodo de Lasso.
Recaudador de la campaña del expresidente Varela, Lasso tiene 24 interacciones directas en Panabrecht y 30 a través de tres sociedades de las que es beneficiario: Poseidon Enterprises Llc., V-Tech Ltd. y BV Tech Group Inc., que recibieron pagos de sociedades controladas por Odebrecht para financiar la campaña de Varela. Con otra controlada por él, Fundación Don James, suma nueve conexiones más.
La estructura para financiar la campaña de Varela se cruzó con la de sus competidores en esa misma elección a través de agentes como Ramón Carretero Napolitano, amigo, socio y conocido de unos y otros, con más de 50 interacciones en la base.
Con tres clics, Panabrecht conecta las sociedades de Carretero Napolitano con las de Odebrecht, las de Lasso, las del entorno del expresidente Martinelli y las de su hombre de confianza y presidente de la Caja de Ahorros durante su mandato, Riccardo Francolini.
Francolini además enlaza con Pepe Suárez, ministro de Obras Públicas de Martinelli: ambos son beneficiarios de la sociedad Loft Holding Inc., según la documentación remitida por el agente residente al MP.
Así, si cualquiera permanece cinco minutos clickeando cualquiera de los perfiles de Panabrecht, seguirá en una concatenación infinita de conexiones: mezclados, revueltos, emparentados, amigados, aliados, hermanados y casados.
A las campañas, los sobornos y el mecanismo, con el mundo offshore incluido, podrían agregarse más universos, como el de las “amigas íntimas” del expresidente Martinelli y las casas de playa, apartamentos y fincas adquiridas con las transferencias de Odebrecht, que no son otra cosa que fondos públicos. Pero esos son otros capítulos de esta historia que desde hoy puede navegarse en Panabrecht, un viaje al centro de la corrupción nacional.