La falta de medicamentos en la Caja de Seguro Social (CSS) hizo que un grupo de 50 pacientes –miembros de la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes con enfermedades crónicas, críticas y degenerativas– cerraran el lunes un paño de la vía Simón Bolívar, frente al Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid.
Los pacientes, entre los que se encontraban adultos mayores, jóvenes y madres con sus pequeños hijos, comenzaron a llegar a eso de las 10:00 a.m. a los predios del centro hospitalario.
Algunos adultos se instalaron en unas sillas que llevaron especialmente para la ocasión, mientras otros permanecían de pie, muy róximos al paso elevado. Tenían el único propósito de exigir a las autoridades de la CSS una respuesta al desabastecimiento de medicinas "porque su salud y la de sus hijos estaban en juego".
TESTIMONIOS
Xiomara Quintero, de 56 años de edad, dijo que desde hace tres meses está padeciendo por la falta de metotrexato, el cual utiliza para aliviar los dolores que en las articulares le produce la artritis reumatoidea. Quintero lleva cuatro años de que le diagnosticaron la enfermedad, y es la primera vez que sufre por el desabastecimiento de medicinas.
Su preocupación, al igual que el resto de los miembros de la Fundación de Artritis Reumatoidea, es que la falta de medicinas los incapacita de poder realizar sus actividades diarias.
Otros pacientes que están alarmados con la falta de medicamentos son los de anemia falciforme.
Vicente McKoy, de 56 años de edad, explicó que la falta de medicamentos en la CSS le redujo su tratamiento a un 25%. McKoy debe colocarse dos ampollas de eritropoyetina, pero solo está recibiendo una por semana desde hace siete meses.
La falta de una dosis adecuada de medicamentos le está ocasionando úlceras en sus extremidades inferiores. Además, corre el riesgo de que se le baje la hemoglobina y comiencen los dólares en las articulaciones.
La falta de factores de coagulación de la sangre también mantiene en jaque la salud de los pacientes que padecen de hemofilia severa.
Eduardo Villar, de 25 años, contó que por falta del factor de coagulación 8 a lo interno de sus extremidades comenzó un sangrado que no han podido detener. Los codos, rodillas y tobillos de varios de los pacientes de hemofilia que se encontraban en el lugar se veían hinchados por el sangrado interno.
Villar, padre de familia, indicó que cuando no se administran los factores de coagulación, no solo sangran los órganos, sino que los cartílagos se comienzan a dañar. Además, sus órganos internos también pueden tener sangrado, detalla.
La angustia de Villar es compartida por Gina Medina, de 33 años, cuyo hijo de 12 acaba de salir del hospital debido a que por la falta de medicinas estaba en crisis. Medina tiene dos niños con la enfermedad por lo que su padecimiento e inquietud es doble.
Luis Melgar, vicepresidente de la Asociación de Hemofilia, indicó que por falta de medicinas cinco de los miembros de la agrupación se encuentran hospitalizados.
Mientras, madres como Romelia Mendoza y Betzy Martínez están preocupadas por la salud de sus hijos de un año y dos de edad, respectivamente. Los infantes sufren de hemofilia severa y deben recibir tres dosis de factores a la semana, pero solo están recibiendo una.
La falta de medicinas obligó a personas como Antonia Marmolejo a adquirirlos en el sector privado. Marmolejo contó que gastó $335 en adquirir tacrolimus, un fármaco que junto al micofenolato mofetil están escasos. El tacrolimus es utilizado para evitar el rechazo de los órganos trasplantados.
En el caso de Marmolejo lo adquirió para su hijo Celi Chacón, quien tiene 90 meses de estar trasplantado. La caja de medicinas que compró solo dura seis días.
Al lugar de la protesta de ayer se presentaron varios funcionarios de la CSS, entre ellos, su director Estivenson Girón Desgrenger, quien prometió que en las próximas horas las medicinas estarán en las farmacias de la institución.

