Visitar al dentista puede ser una experiencia estresante tanto para adultos, como para niños. Sin embargo, una clínica dental en Ecuador, tiene un “asistente dental” especial que hace la visita mucho más agradable.
Se trata de Aldo, un perro labrador retriever entrenado como perro de terapia, que trabaja en el Centro de Odontología Pediátrica Parque Dental, brindando calma y reconfortando en su mayoría a los pacientes más pequeños.
La idea de integrar un perro de terapia en el consultorio surgió de la odontopediatra Glenda Arias, gerente médica del consultorio, y su esposo José Ayala, ingeniero y gerente general, durante un viaje en el que observaron cómo se utilizaban perros para calmar pacientes en otros ámbitos médicos.
Inspirados, decidieron incluir a un compañero canino en su consultorio, según recoge el medio ecuatoriano Primicias.
Aldo, fue seleccionado en 2016 por sus cuidadores y desde los cuatro meses de edad comenzó un riguroso entrenamiento para convertirse en perro de terapia.
El proceso de entrenamiento duró casi dos años. Durante este tiempo, Aldo se familiarizó con los ruidos del equipo dental y el llanto ocasional de los niños, adaptándose al ambiente del consultorio.
Ahora, con una agenda detallada, Aldo visita regularmente los centros odontológicos de Quito, Valle de los Chillos y Guayaquil, transmitiendo su tranquilidad a los pacientes.
Cuando no está en el consultorio, Aldo lleva una vida normal de perro: juega con los hijos de sus cuidadores, pasea tres veces al día y disfruta de momentos familiares.
Su presencia en el consultorio ha transformado la experiencia dental de los niños, ayudando a reducir su miedo al dentista.


