La ‘Gran Manzana’ es considerada la ciudad con más influencia artística y cultural de Estados Unidos, y en los últimos días el arte se ha tomado Nueva York con importantes exhibiciones y subastas.
El mercado del arte puso en marcha su temporada de ventas el pasado jueves en Nueva York, con unas visibles ganas de gastar, y la exclusiva feria TEFAF ( Fundación Europea de Bellas Artes, en español) demostró que todo eso pesa más que la preocupación por la coyuntura.
La TEFAF ofrece su séptima edición en el monumental edificio del Park Avenue Armory, en Manhattan, a donde los coleccionistas acuden en gran cantidad y son agasajados con champán y ostras.
Entre las más de 90 galerías de todo el mundo, especializadas en arte moderno, contemporáneo, joyas, diseño o antigüedades, y la mayoría estadounidenses, el parecer general es que la demanda de arte sigue fuerte y ajena al contexto, sobre todo cuando la calidad es muy alta.
De manera similar se expresaron esta semana representantes de las casas de subastas Sotheby’s y Christie’s, que también comienzan su gran mes, y si bien será difícil que sus ventas superen los récords de 2022, su recaudación puede llegar a 2,200 millones, según medios especializados.

La TEFAF está “más animada este año que el anterior”, aseguró a EFE el director de la galería española Mayoral, Eduard Mayoral, que participa en este evento. Asegura que en “la Gran Manzana’ están todos los coleccionistas”.
Mayoral ofrece arte modernista y de posguerra, con nombres como March Chagall, con un lienzo estimado en cuatro millones de euros, o Pablo Picasso, con un dibujo estimado en un millón; los más valiosos de una selección que también abarca a Dalí, Miró o Macarrón.
Entre las piezas destacadas por la feria hay una mesa de madera maciza con una base que parece una raíz de árbol, del escultor Wendell Castle, estimada en unos 800,000 dólares debido a que fue una producción muy limitada, explica Erica Boginsky, directora de la galería Friedman Bend.
Algunas galerías lo apuestan todo a un solo artista, como la estadounidense Pace, que ofrece una muestra de la escultora Louise Nevelson, con sus características columnas de madera negras y sus menos conocidos pero igualmente importantes “collages”, señala su comisario jefe, Oliver Schultz.
En la galería David Zwirner se exhiben las enormes esculturas de flores y calabazas de la reconocida artista japonesa, Yayoi Kusama. También puede apreciarse una de sus famosas habitaciones de espejos infinitos prometen convocar multitudes.

La sala, que lleva por título Soñando con la esfericidad de la Tierra, yo ofrecería mi amor, es un espacio caleidoscópico en el que entra luz natural a través de unas ventanas redondas de colores, creando una cueva poblada por cientos de círculos azules, amarillos y rojos que se multiplican sin fin.
La galería, que presume de ofrecer una de las exposiciones, de la artista de 94 años, más grandes hasta la fecha, recibió a unas 94,000 personas en su última apuesta por la artista en 2021, cifra digna de un museo y que podría aumentar, teniendo en cuenta la popularidad de la que goza.
Mientras, en la subasta de Christie´s, la primera de la temporada de primavera en Nueva York, batió récord un cuadro del francés Henri Rousseau, Les flamants (los flamencos) al ser vendido por 43.5 millones de dólares. Como favorita partió una tela de Picasso, Nature morte à la fenêtre, que se vendió a 41.81 millones, levemente por encima de los 40 millones que se le calculaban de salida y en medio de un debate sobre si la cotización del artista español comienza a estar a la baja tras varios años encabezando ventas con un repertorio que parece interminable.

La tela de Rousseau (1844-1910), pintada en 1907, partía con una estimación entre 20 y 30 millones, por lo que su precio final puede considerarse una sorpresa, toda vez que el récord del autor estaba por debajo de los 5 millones. Representa un lago con una especie de nenúfares gigantes y unos flamencos en primer plano; al fondo se ven unas pequeñas siluetas humanas de lo que parecen pescadores.
Además de Rousseau y Picasso, otras de las piezas más valiosas vendidas en la subasta fueron un autorretrato de Francis Bacon (34.6 millones) y la tela “Orestes” de Willem de Kooning (30.8 millones).
