Una nueva investigación de un equipo interdisciplinario del Centro de Ingeniería Regenerativa Avanzada (CARE) y el Centro de Ingeniería y Genómica Física (CPGE) de Northwestern Engineering podría reducir la probabilidad de complicaciones dolorosas y costosas tras la colocación de injertos óseos.
Los investigadores, trabajando en la convergencia de las ciencias físicas, la biología, la cirugía y la ingeniería, introdujeron el concepto de ingeniería de la cromatina inducida por la topografía superficial.
Los hallazgos podrían conducir a nuevas estrategias de diseño para que las empresas biomédicas mejoren el rendimiento de los dispositivos médicos para la cirugía musculoesquelética.
“Potencialmente podríamos diseñar superficies de implantes que permitirían una integración significativamente mejor con el hueso circundante, por ejemplo, dispositivos de fijación de tejido e implantes de cadera o rodilla”, explicó el investigador panameño Guillermo Ameer.
“Esto también podría usarse potencialmente para desarrollar andamios biorreabsorbibles de próxima generación que respalden mejor la formación de hueso nuevo, mediante la implementación de estas topografías diseñadas en toda el área de superficie de los implantes”, detalló.
El equipo de investigación presentó sus hallazgos en el artículo Reprogramación de cromatina y regeneración ósea in vitro e in vivo a través de la constricción de núcleos celulares inducida por microtopografía, publicado el pasado 12 de junio en Nature Biomedical Engineering .
Se conoce a partir de experimentos de laboratorio que las superficies de los implantes con topografías diseñadas pueden facilitar la diferenciación de las células madre derivadas de la médula en células formadoras de hueso.
Además, los investigadores hicieron esto en un modelo de defecto craneal de tamaño crítico, donde demostraron que los defectos tratados con implantes con superficies de micropilar tenían más formación ósea que los defectos que recibieron implantes con una superficie plana.

Ameer, quien es profesor de ingeniería biomédica en Northwestern University, en Chicago, Estados Unidos, creó el primer dispositivo médico ortopédico para uso en cirugías de rodilla y tobillo, capaz de regenerar el tejido y con el tiempo desaparecer del cuerpo.
Además, junto a su equipo de trabajo, también creó en 2018 un vendaje regenerativo para heridas en pacientes diabéticos, cuatro veces más rápido que el tradicional.
Ameer estudió en el Instituto Panamericano y residía en el corregimiento de Betania. Luego continuó sus estudios en el extranjero e ingresó a la University of Texas, en Austin, donde estudió una licenciatura en ingeniería química.
Posteriormente, cursó un doctorado en ingeniería química y biomédica en el Massachusetts Institute of Technology, en Cambridge.
Actualmente, trabaja como profesor de ingeniería biomédica y director del Center for Advanced Regenerative Engineering, en Northwestern University. Además, Ameer fue elegido el año pasado como miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos.


