“No es hacer menos de las cosas malas, sino más de las cosas buenas”. Este es uno de los pilares que mueve a los fundadores y cientos de voluntarios de la Fundación Ni Uno Más, que busca prevenir el acoso escolar y cibernético y tomar acción para atender a los afectados cuando este se haya consumado. Moises Attie, uno de los fundadores de esta organización sin fines de lucro, conversó con La Prensa sobre su proyecto, las metas alcanzadas y los planes a futuro.
La Fundación Ni Uno Más ha alcanzado repetidos hitos luego de constituirse oficialmente, hace poco más de un año. En ese tiempo, han incidido legislativamente con la aprobación y sanción de una ley sobre el tema, han concretado la firma de un convenio de cooperación con el Ministerio de Educación (Meduca) y están preparados para lanzar la primera línea telefónica de prevención y atención al acoso escolar, la primera de su tipo en la región.
Attie explica que el proyecto ha tenido distintas fases y que, de momento, cuentan con cientos de estudiantes de todo el país que invierten su tiempo e ideas para poner en marcha los clubes intraescolares que llevan adelante las estrategias y mecanismos de Ni Uno Más. Además tienen profesionales de salud mental y abogados idóneos que los ayudan a desarrollar planes, programas y desarrollar la labor administrativa que conlleva la operación de una fundación. Estos, a su vez, donan su tiempo y trabajo.
El núcleo de Ni Uno Más es su programa de integración escolar, que se desarrolla en tres pasos. Primero, acuden a las escuelas --por invitación-- a hablar sobre el acoso escolar y cibernético y a presentar la iniciativa. En esa primera asamblea en la escuela participan estudiantes, docentes y personal administrativo. Luego de presentarse ante la comunidad escolar, capacitan a estudiantes interesados en formar parte del proyecto e implementarlo en su plantel.
“Para nosotros es muy importante promover la inclusión a lo largo de ese proceso, por lo cual valoramos a todos los que están interesados en participar”, dice Attie. Durante la capacitación reciben retroalimentación de parte de los maestros y otro tipo de personal de la escuela que los ayudan a identificar a líderes escolares, a los que ellos denominan “embajadores senior”. Ellos serán el enlace permanente entre la escuela y Ni Uno Más. Lideran el club dentro de su escuela y están en constante contacto con la oenegé a propósito llevar un seguimiento del desarrollo del programa.
El proceso incluye la entrega de un protocolo desarrollado por la fundación tomando como base el que ya tenía el Meduca y que había sido trabajado con Unicef. Sin embargo, el elaborado por Ni Uno Más incluye información para estudiantes, no solo para docentes, y se contempla el seguimiento que se da a la implementación del programa.
El departamento de programas de Ni Uno Más está constantemente en contacto con los líderes de cada plantel y mantiene un proceso activo para unir más escuelas a la red, de forma que el programa pueda impactar a más estudiantes y grupos colegiales que podrían estar experimentando algún tipo de acoso escolar.
“El crecimiento ha sido un reflejo de la sociedad, de las necesidades por prevenir e intervenir en el acoso escolar y cibernético. Hemos podido brindar apoyo a las víctimas y a los acosadores para promover un ambiente de sana convivencia”, dijo Attie a La Prensa.
Desde que el proyecto de ley 317 “que promueve la convivencia sin violencia en las instituciones educativas en la república de Panamá” fue aprobado en tercer debate el pasado 22 de febrero, la Fundación Ni Uno Más estaba a la espera de que el presidente Laurentino Cortizo lo sancionara el. Y el día llegó. Fue publicado en Gaceta Oficial, como ley de la República, un mes después, el 24 de marzo. La ahora Ley 289 de 2022 marcó un hito en la historia de Ni Uno Más y de la lucha contra el acoso.
En su momento, la iniciativa de ley presentada e impulsada por el diputado independiente Raúl Fernández pasó por un proceso legislativo largo. Incluso fue vetada una vez por el presidente Cortizo. Attie considera que en aquel momento no era conveniente sancionar el proyecto de ley pues las escuelas estaban cerradas y hubiese sido “mucha presión” para el Meduca.
La relación de Ni Uno Más con el diputado Fernández fue espontánea. Se conocieron durante el periodo de campaña, antes de que Fernández resultara electo, y cuando Ni Uno Más estaba en sus etapas iniciales. Durante su primera entrevista en radio, coincidieron en cabina. Al preguntarles qué debía hacer Fernández en caso de llegar a la Asamblea Nacional para enfrentar el problema de acoso escolar, de parte de Ni Uno Más respondieron que debía impulsar un proyecto de ley que introdujera en el currículum educativo el tema de acoso escolar cibernético.
Al llegar a su curul, Fernández contactó a la fundación con la intención de presentar un proyecto de ley y llevarlo a fin con todas las etapas legislativas que eso conlleva. Para los integrantes de Ni Uno Más fue un reto, pues no conocían los procesos legislativos. “Poco a poco nos ayudaron a llevar el proyecto en todas sus etapas”, dijo Attie. Explicó que utilizaron bastante derecho comparado, pues en otros países de la región, como Colombia y Perú, hay leyes similares, por lo cual se tenía una base para comenzar a trabajar.
Alianza con el Meduca
Actualmente, los fundadores y miembros de Ni Uno Más están a la espera de la firma oficial del convenio con el Meduca, el cual les permitirá llevar el programa de integración escolar a escuelas oficiales de todo el país. Además, certificarán todo el contenido que han trabajado, las guías desarrolladas con ayuda del Meduca y de psicólogos, y el plan de acción y aplicación.
Otro aspecto importante es que la firma del convenio permitirá subir a la plataforma Ester --la plataforma virtual que habilitó el Meduca en pandemia para la educación virtual--, contenido sobre acoso escolar y cibernético.
También les permitirá oficializar su proyecto y pondrá a prueba el componente escalable, que es uno de los pilares y metas fundamentales de Ni Uno Más. “Hacer el salto a las escuelas públicas ha sido desafiante”, menciona Attie. Primero, por el cierre escolar, segundo porque son muchas más, y tercero porque al querer escalar el programa a todo el territorio nacional no se maneja específicamente dentro de cada plantel educativo.
Línea de atención
Ni Uno Más también está en proceso de lanzar, en conjunto con la Fundación Cable and Wireless, la primera línea de atención telefónica para ayudar con temas de acoso escolar de la región. Este es otro hito importante de la fundación, pues busca poder llegar a más personas. Es uno de los ejemplos de cómo a través del tiempo, han conseguido convenios con otras fundaciones, empresas y personas interesadas en llevar a cabo distintos proyectos.
Esta es otra de las metas actuales y a futuro de Ni Uno Más. Attie apuntó que la firma de convenios como el que tienen previsto con el Meduca ayuda a legitimar la causa y atraer futuras colaboraciones que pueden significar longevidad para al proyecto y nuevas oportunidades de incidencia.
Ahora que están formalmente constituidos como una organización sin fines de lucro, Attie reconoce que sienten mayor compromiso con la causa. “Para nosotros es más que activismo, es llevar acción a las escuelas… Antes bastaba con alzar la voz y hablar bonito, compartir frases bonitas pero ahora requiere de compromiso para ejecutar”, aseguró.
“Prevenir el acoso escolar no es hacer menos: practicar menos odio, menos irrespeto, menos intolerancia. Se trata de hacer más: más amor, más inclusión, más respeto y más tolerancia. No es menos de lo malo, es más de lo bueno y creo que en Panamá eso es posible”.
