Un peloteo de pasión, determinación e intimidad, Challengers de Luca Guadagnino cuenta la historia de tres tenistas profesionales que se ven envueltos en un triángulo amoroso durante su carrera profesional. El drama está enmarcado por la intensidad cuasi-psicopática de los tenistas profesionales en búsqueda de una gloria emocional y superlativa.
La película está centrada en el reducido elenco de tres actores. Mike Faist y Josh O’Connor brindan actuaciones profundas, dinámicas y poderosas, que encapsulan perfectamente las personalidades competitivas de los dos tenistas. Sin embargo, es Zendaya como Tashi Duncan, el interés amoroso de la película, quien sobresale. Zendaya es imponente, al punto de ser intimidante, en el papel de Tashi. Un personaje con un carácter fuerte y una actuación dinámica de una atleta que es llevada a sus límites emocionales y físicos. Verdaderamente, un momento cumbre para una actriz que, como su personaje, parece determinada a devorarse el mundo.
Visualmente, Challengers es una película pulida y moderna. Algunas tomas parecen sacadas de un fresco renacentista, lo cual es acentuado por un elenco que físicamente puede pasar como estatuas griegas. La película tiene momentos brillantes en cuanto al uso de colores, particularmente las tomas que utilizan el contraste del azul de una cancha de tenis.
El trabajo de cámara es vertiginoso, tanto en las tomas de acción de un juego de tenis, como en las conversaciones de los personajes, donde la toma se mueve de lado a lado con el diálogo, simulando un peloteo de tenis. La hiperactividad de la cámara es complementada por la banda sonora de la película, que nos lleva a un nivel de energía que mantiene a la audiencia hipnotizada e inquieta.
Si bien Challengers es una película de deportes, detrás de las secuencias de acción hay una narrativa que explora las complejas personalidades de los atletas profesionales, la búsqueda del éxito que los impulsa, así como temáticas de rivalidades, los sueños frustrados, las relaciones pasadas, e incluso el homoerotismo que rodea un deporte de dos hombres enfrentados a lo largo de su vida. Es una historia con muchas capas y lecturas, envuelta dentro de una película sumamente entretenida.
El director, Luca Guadagnino, nos brinda un largometraje que pasará a ser un clásico moderno del cine deportivo. Los complejos personajes de Challengers generan reacciones en la audiencia, tanto por la fiscalidad de sus actuaciones, como por la voluntad que demuestran en sus decisiones. La última escena de Challengers es brillante y memorable, donde todos los elementos de la película se mezclan en una secuencia que deja a la audiencia exhausta y sin aire, como si acabaran de jugar el punto de tenis para salvar su vida.


