Separados desde enero de 2022, cuando salió a la luz la relación de Iñaki Urdangarín con Ainhoa Armentia, mucho se ha hablado en los últimos meses sobre el divorcio de la Infanta Cristina y el exjugador de balonmano. La fecha señalada para la firma del acuerdo y la disolución total de su matrimonio fue fijada para el próximo 5 de junio, cuando su hija menor Irene cumpla la mayoría de edad.
Sin embargo, han surgido “discrepancias de última hora” que hacen que “se complique su divorcio”. Así lo han revelado en El programa de Ana Rosa, asegurando que la complicación “fundamental” para firmar el convenio regulador que finiquitaría sus 25 años de unión es por “cuestiones económicas”.
Y es que aunque sus cuatro hijos −Juan, Pablo, Miguel e Irene− son mayores de edad −a la pequeña le quedan 5 días para cumplir 18 años− dos de ellos continúan siendo dependientes económicamente y la ley establece que al ser la parte perjudicada por no tener trabajo ni ingresos de ningún tipo, Urdangarín tendría que percibir una asignación o compensación económica por parte de Doña Cristina.
Es aquí donde han surgido los problemas para llegar a un acuerdo, puesto que mientras el vitoriano no quiere perder su alto nivel de vida −que incluye viajes a Baqueira o a Mallorca con su novia−, la hermana de Felipe VI no estaría dispuesta a financiar la vida de su hasta ahora marido después de que haya empezado una relación con Ainhoa Armentia puesto que ya se hace cargo y se seguirá haciendo de todos los gastos relacionados con sus hijos.
A pesar de que las negociaciones están siendo complicadas y más lentas de lo esperado, Paloma García cree que tarde o temprano llegará el acuerdo, que no necesariamente tiene que firmarse el 5 de junio, fecha del cumpleaños de su hija menor.
Una vez solventen sus “discrepancias’, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín tendrán que comparecer personalmente ante notario acompañados de sus respectivos abogados para firmar su divorcio. ¿El lugar para dar por roto oficialmente su matrimonio? Todavía no está claro, pero se apunta a que podría ser en Ginebra al ser el último domicilio familiar.

