Un calidoscopio de creatividad desenfrenada, Todo en todas partes al mismo tiempo, la última película de dupla de directores conocidos como “Los Daniels”, nos cuenta la historia de una familia de inmigrantes chinos que se encuentran en el centro de una alucinante aventura dentro del multiverso, incorporando de forma sublime elementos de comedia absurdista y dramas familiares. Esta ambiciosa y descabellada primicia hace que Todo en todas partes al mismo tiempo (o en inglés Everything Everywhere All at Once) se sienta como una película muy diferente a todas las otras nominadas al Oscar.
Sin embargo, es una película fundamentalmente arraigada en la carga emocional de sus protagonistas y la importancia de la familia.
Visual y conceptualmente, Todo en todas partes es brillante. La construcción del mundo de los múltiples universos en el cual transcurre la película es sumamente original, y los efectos especiales, muchos de ellos logrados mediante un ingenioso juego de cámara, complementan perfectamente la estética bizarra del filme. La película se mueve de forma perfecta entre secuencias de humor totalmente absurdistas, escenas de artes marciales estupendamente coreografiadas y diálogos francos y profundos cargados de emoción y sentimientos. Si bien algunos momentos podrían llegar a ser un poco soeces para algunos integrantes de la audiencia, estos son utilizados de forma comedida y puntual, con la honesta intención de genera carcajadas. Además, está repleta de referencias, desde otros clásicos del cine hasta series animadas e incluso puntuales alusiones a videojuegos.
Si bien la premisa de Todos en todas partes parece una historia sacada de los universos de MARVEL o DC, la calidad y humanidad de sus personajes nos permiten estar siempre conectados con lo emocional de lo que estamos viendo en la pantalla. Las actuaciones de Michelle Yeoh, como la protagonista, y de Ke Huy Quan y Stephanie Hsu como los otros dos integrantes de la familia, son sencillamente sublimes, con una química estupenda entre ellos.
Vale la pena mencionar a Jamie Lee Curtis, con una actuación breve pero graciosísima. La película tiene un enfoque enorme en la importancia de la familia, y todo lo que esta conlleva, brindando una lección universal que resonará con gran parte de la audiencia. Además, a través de los grandes personajes de Yeoh y Hsu exploramos conceptos nihilistas de forma sorprendentemente accesible. Entre el abanico de ideas que aborda la película, una muy llamativa es la ponencia de todos los posibles “yo” que abandonamos a través de nuestro camino de vida, especialmente en la búsqueda de crear una familia. Este concepto es utilizado de forma tal que dejará a la audiencia pensativa sobre el “¿y que sería sí…?”.
Todo en todas partes al mismo tiempo es una película especial. Son muy pocas las producciones modernas que logran combinar conceptos tan excéntricos como el multiverso con un drama tan efectivo, y encima logrando una ejecución tan entretenida. El filme puede ser muy diferente a todas las que están nominadas, pero tiene todos los méritos. Es mi favorita para ganar el Oscar a mejor película.

