Salvemos a Félix B. Maduro

Salvemos a Félix B. Maduro
Salvemos a Félix B. Maduro

Cuando niño, ir de compras a Félix B. Maduro era algo aspiracional. Unas cuantas veces al año volteábamos las alcancías y hacíamos las compras de regalos del Día de la Madre o del Día del Padre, en la tienda de la mejor esquina de la Vía España. Aunque peinábamos la Avenida Central para la compra de la ropa usual, para las ocasiones especiales, queríamos tener algo de Félix. Incluso viví en la calle que tenía la tienda Madurito, en la parte de abajo del edificio AVESA, con lo cual el ciclo de consumo suntuario de la familia se cerraba.

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En uno de mis primeros trabajos, había una secretaria muy humilde, que después de algún esfuerzo llegó a la oficina diciéndole a todo el mundo que “la cholita que se había bajado del bus”, no mucho tiempo atrás, ahora podía estrenar un vestido de Félix. Ella decía esto con lágrimas de felicidad en su rostro. Félix B. Maduro era siempre un indicio de que habías alcanzado algo importante en tu vida.

Carmen es la vendedora que por años me ha atendido en el FBM de Tumba Muerto. Ella llama a mi esposa para avisarle cuando hay camisas de mi talla. En cambio a mi esposa le encanta el salón de belleza del Félix de la Vía España. Son cientos de horas que hemos pasado cafeteando, almorzando o merendando en las cafeterías de las distintas sucursales de Félix. Es usual encontrarse con políticos, empresarios, artistas, uno que otro sindicalista y, por qué no, hasta periodistas. FBM es uno de los últimos de los bazares que le quedan a los panameños.

La crisis que enfrenta FBM es muy concreta. Los 15 o 20 panameños que pudieran comprar la tienda, no tienen interés de asumir ese riesgo. Se me ocurre que la mejor opción es no venderle FBM a una o dos familias billonarias del patio, si no convertirlo en un bastión del capitalismo popular.

Digamos que se necesitan 100 millones de dólares para rescatar a FBM. Este ícono de la cultura panameña merece ser rescatado por los propios panameños. Se podrían emitir 2 millones de acciones a 50 dólares cada una, con dos condiciones:

1. Si a los seis meses no se reúnen los 100 millones se le devolverá el dinero a todos los que invirtieron, y las tiendas serán definitivamente cerradas;

2. Si se consigue el dinero, no se repartirán utilidades por los primeros cinco años para capitalizar la empresa.

¿Cuál es la ventaja de ser accionista? Hay tres valores fundamentales que se combinan en la tenencia de por lo menos una acción de FBM. Por un lado se contribuye a tener una empresa panameña abierta. Además, los accionistas pueden recibir un descuento adicional de 10% en todas sus compras, con lo cual se transformarían en los mejores clientes de la empresa. Finalmente, al masificar la propiedad de FBM se hace un trabajo de pedagogía con la clase media y media alta del país, para empezar a transformarla en la guardiana del buen funcionamiento de nuestra economía, y que cobre conciencia de que los gobernantes que elegimos afectan el bienestar de todos.

Pienso que Félix B. Maduro podría vender sus acciones en cada tienda y -ya sea por tarjeta de crédito, descuento directo o abonos-, los panameños convertiríamos a esta tienda por departamentos en un símbolo más del “es posible” de la historia panameña.


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