Si algo es común y normal en la política de Estados Unidos, es que no existe nada común y normal en la política de ese país. El martes 11 de agosto se rompió otro techo de cristal, y se alcanzó un nuevo hito en las relaciones raciales del atribulado país.
Kamala Harris es un personaje, de los que parece que solo existen en la ficción. Su vida tiene muchos paralelismos con la de Barak Obama, y quizás ello explique porque fue escogida como futura vicepresidenta de los Estados Unidos. Kamala es el nombre de una diosa indú, una palabra en sánscrito que usó su madre, una investigadora india para nombrar a su hija. El padre de Harris fue un economista jamaicano que conoció a su madre en la universidad de Berkeley, en California.
Entonces, al igual que Obama la senadora Harris es hija de un académico migrante que le abandonó cuando se separó de su madre a los 5 años de edad. Con sus antecedentes familiares Harris estudió en la Universidad de Howard, y en la escuela de derecho de la Universidad de California. Toda su vida la ha dedicado al servicio público, principalmente como fiscal de distrito en San Francisco California, luego como Procuradora General del estado de California, y actualmente como senadora de California ante la cámara alta de Estados Unidos.
¿Qué le trae Harris a Biden? Tanto Biden como Harris son abogados, ambos tenían experiencia en el senado antes de ser escogidos para la vicepresidencia. La selección de Harris es un reconocimiento al segmento más importante de votantes del Partido Demócrata: las mujeres de raza negra. Además Harris suma las cualidades de hija de migrantes sumamente trabajadores, y el de una mujer destacada por tener una carrera de defensora del cumplimiento de la ley, un factor importante que ayuda a convencer a votantes independientes y a republicanos moderados, de que el Partido Demócrata no se va a “suavizar” demasiado con la política criminal.
Además la senadora Harris de 55 años, trae la energía y la capacidad de trabajo, que Biden de 77 años, no tiene. El candidato presidencial Biden ha indicado que por su avanzada edad el sería un presidente de “transición”, de un solo periodo, lo que le abre las puertas a que una hipotética vicepresidenta Harris pueda convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos. Biden entiende que los grandes cambios económicos y políticos en los Estados Unidos son el resultado de grandes negociaciones del Poder Ejecutivo con el Congreso. Por constitución el vicepresidente de los Estados Unidos es también el presidente del Senado, y por lo tanto debe tener muchísima capacidad de negociación y muñequeo para sacar adelante una agenda de cambio social.
Considero que los operadores del Partido Demócrata, conjuntamente con el candidato Biden, realizaron una buena selección: mujer, de raza negra, californiana, y exfiscal. Una propuesta moderada que a la vez presenta un cambio radical, más allá de la cara. Es una celebración de la meritocracia, y de la esperanza que solía representar Estados Unidos.

