El mejor terror fílmico, es aquel que sugiere situaciones terribles al espectador; es aquel que evidencia, de reojo, lo triste de una situación que no tiene explicación lógica, pues la mueve alguna fuerza sobrenatural.
Sé cuando estoy ante una película de miedo bien hecha porque llegó intranquilo a la casa, y cuando por segundos o minutos estoy en la habitación con el dilema de dormir o no, y si lo hago, evalúo si lo hago con las luces apagadas o encendidas.
Así de efectiva es El Conjuro, que me gusta porque tampoco abusa de las escenas violentas en exceso, ni se le va la mano a la hora de presentar hechos sangrientos.
El pánico que produce en la audiencia, es usando más los nervios y la imaginación del espectador, que el recurso de los efectos especiales o el de los maquillajes acabados.
Hubo momentos que me recordó a El Exorcista y en otros momentos a El Anillo, en cuanto a su ritmo y su montaje.
De los actores, cabe resaltar de forma especial la labor de Vera Farmiga, que ofrece uno de los mejores trabajos interpretativos de 2013.
El Conjuro ha logrado este año algo lo que pocos títulos de terror pueden conseguir en la historia del séptimo arte reciente: que sea aceptada por los críticos y los espectadores al mismo tiempo, dos sectores que no siempre se ponen de acuerdo en cuanto a sus gustos y exigencias audiovisuales.
Esta brillante cinta del director James Wan ha sido el mayor éxito de boletería de su género este año en el mundo.
Su presupuesto fue de 20 millones de dólares, una cifra bastante alta para este género, por lo usual modesto en costos, y a nivel global ha obtenido 259.8 millones de dólares.
Fue un fenómeno en venta de boletos no solo en Estados Unidos sino también en Rusia, México, Australia, España, Reino Unido y Francia, entre otros mercados.
Además, recibió el 86% del apoyo de los críticos de Estados Unidos, una calificación alta para el terror, un género que pocas veces provoca los aplausos de los conocedores.
Desde periódicos como Chicago Tribune y el New York Times, pasando por las revistas Variety y Entertainment Weekly, más de un medio de comunicación social destacó el uso correcto de los elementos de la vieja escuela del terror, es decir, alabaron la inteligente, sugerente, sencilla y lograda atmósfera creada por el cineasta James Wan, responsable de las dos entregas de Insidious.
Perdón, por usar la figura de los aplausos, olvidé que estaba hablando de El Conjuro.
¿Qué tal les pareció El Conjuro? ¿Les gustó más El Conjuro que Insidious? ¿Cuál fue la escena que le provocó más susto de El Conjuro?