Un atleta no puede pasar de corredor de distancias cortas a participar en una maratón de un día para el otro.
Esa lección espero que la haya aprendido el director Lee Daniels después de rodar su dispar drama biográfico El mayordomo.
Daniels está más relacionado con películas que cuentan historias con un marco histórico más preciso.
En su debut detrás de las cámaras, el thriller dramático Shadowboxer (2005), se enfoca en una asesina a sueldo que decide hacer un último trabajo antes de jubilarse.
La cinta que lo sacó del anonimato, Precious (2009), es una rápida mirada a la desdichada existencia de una chica pobre, obesa, afroamericana, embarazada y abusada por sus adultos, en medio de una sociedad norteña que aboga por los blancos, la gente linda y delgada y de comportamiento “correcto”.
Si bien hay diversos resultados entre la falta de sustancia de Shadowboxer y la excelsa Precious, por lo menos Daniels tenía más claro los hechos que contaba en ambas producciones.
En Paperboy comienza a empeorar el asunto porque Daniels se nos vuelve ambicioso y quiere pasar de ser corredor de 800 metros planos a participar de un IronMan, que no es algo malo en principio, el problema es que abarca más de lo que puede alcanzar.
Paperboy se desarrolla entre las décadas de 1960 y 1970, cuando un periodista investiga a un hombre que asesinó a un sheriff.
En El mayordomo se le ocurre aumentar el universo temporal y le sigue los pasos a Cecil Gaines (brillante encarnación de Forest Whitaker) entre 1952 y 1986, sin olvidar que hay escenas que recogen cuando este retorna a la Casa Blanca, su principal fuente de ingresos laborales, para conocer a Barack Obama.
Vamos a conversar sin tapujos, lo único importante que ha hecho como cineasta Daniels es Precious.
Tampoco caigamos en la trampa de que toda película sobre racismo y en pro de los más nobles derechos humanos, es una obra de arte solo porque trata el tema.
Ojo que El mayordomo tampoco pertenece a las filas del cine independiente en cuanto a la cantidad de dinero que se necesitó para pagar su filmación.
Tuvo un presupuesto de 30 millones de dólares y hoy día la cifra máxima para ser considerado cine indie en Hollywood, en términos financieros, es de 20 millones de dólares, que ya de por sí es una suma considerable si vemos el poco dinero que tienen los realizadores latinoamericanos para sus películas.
Además, si es independiente en términos de estructura, que no es el caso, o en aspectos argumentales, que sí cabría ubicarla en este renglón, no le da licencia a que solo por eso sea maravilloso El mayordomo.
Si hay algo que une a El mayordomo y a La cocinera del presidente, más allá de que ambas giran en torno al personal doméstico que hay en algunos hogares, es que en el fondo tienen buenas intensiones, pero sus resultados estéticos vuelan a ras del suelo, aunque no dudo que aporten más al cine y al debate de los grandes temas sociales que otros títulos que están hoy en nuestra cartelera como Sin escalas o 300: el nacimiento de un imperio.
El asunto es que pierden fuelle si los comparas con verdaderas películas inolvidables que han pasado por Panamá como 12 años de esclavitud, Dallas Buyers Club, Lobo de Wall Street o Her.
El mayordomo está lleno de discursos en sus 132 minutos de duración. Sí, es valioso que su guión defienda la igualdad racial en Estados Unidos y en el resto del planeta, pero son tan directos los mensajes y tan acusatorios, que parecen propaganda pura y eso no es lo mejor ni siquiera cuando su argumento tiene un fin educativo tan admirable.
Todd McCarthy, de The Hollywood Reporter, opina que es “inspirador aunque no inspirado, El mayordomo es una especie de revisión del Readers´ Digest sobre los movimientos civiles de América en el siglo XX que se centra en los derechos de un individuo ordinario con una perspectiva extraordinaria”.
Por otro lado, es un delito que Daniels deje de aprovechar el potencial de tantas estrellas que conforman su reparto, a los que lleva a confeccionar personajes sin honduras: John Cusack, Terrence Howard, James Marsden, Vanessa Redgrave, Alan Rickman, Liev Schreiber, Robin Williams, Jane Fonda...
¿Fue justo que El mayordomo no recibiera ninguna nominación al Oscar y al Globo de Oro? Sí, en general, aunque no en lo particular porque sí merecía algún tipo de reconocimiento Forest Whitaker por su notable labor.
¿Cuál es la mejor película norteña que desarrolla el tema del racismo? ¿Es mejor El mayordomo que 12 años de esclavitud?
