El agua contaminada puede causar enfermedades e, incluso, la muerte. En algunos casos, la polución es obvia, ya sea por su coloración, olor desagradable o por la presencia de basura o materia orgánica en descomposición, pero otras veces, puede aparentar ser de buena calidad, pero estar contaminada.
Por ello es importante usar herramientas científicas para determinar si un cuerpo de agua tiene la calidad adecuada para su consumo, para actividades recreativas y otros fines.
Algunos métodos se basan en parámetros fisicoquímicos, que miden la alcalinidad, acidez y revelan si contiene sustancias nocivas. También hay parámetros bacteriológicos, que revelan, por ejemplo, si hay bacterias procedentes del intestino humano. Otra técnica es el monitoreo biológico, usando macroinvertebrados acuáticos.
INDICADORES
Los análisis fisicoquímicos de una muestra de agua usualmente revelan su condición al ser colectada y no los cambios a través del tiempo.
Aydée Cornejo, bióloga especialista en entomología, e investigadora del Instituto Smith- sonian de Investigaciones Tropicales, explica que los macroinvertebrados acuáticos son ideales como indicadores de la calidad del agua, antes, durante y después de una intervención en el hábitat, sobre todo los que viven en el fondo del río, que están adheridos a ese sustrato. Para estos análisis biológicos se usan “índices”, que son números basados en la presencia de determinados organismos, según su adaptación a las condiciones del agua.
Uno de los índices más usados es el BMWP (Biological Monitoring Working Party), desarrollado para Gran Bretaña y que ha sido adaptado a varios países, entre ellos Costa Rica (BMWP-CR) y Colombia (BMWP-COL). Estos dos se han aplicado en Panamá, pero al ser usados simultáneamente han surgido incongruencias.
Por eso, Cornejo, en conjunto con María Cecilia Arango, de la Universidad Católica de Oriente de Colombia proponen adaptarlo al país.
ÍNDICE BMWP-PAN
El índice BMWP asigna puntuaciones a las familias de macroinvertebrados, de 10 a 1. Las familias que habitan en zonas no perturbadas se clasifican con 10; a aquellas que tienen un rango de tolerancia más amplio, se les asigna valores de 8 a 4 y los números 3, 2 y 1 indican familias de aguas contaminadas.
Para el trabajo de campo se ubican distintos puntos donde se hace una caracterización del cuerpo de agua y se toman las muestras con una red D, tratando de que sean representativas de varios microhábitats en cada sitio; por ejemplo, insec- tos de rocas en corrientes, de hojarasca y de remansos.
Los organismos se pasan por un tamiz, se meten en envases con alcohol, se etiquetan y en el laboratorio se identifican por familia. La información se introduce en una base de datos.
“A cada familia se le aplica la numeración del índice y se hace una sumatoria, que se compara con otra tabla de las categorías de contaminación. Si da más de 150 puntos, el agua es de excelente calidad, entre 100 y 61, es buena. De 60 a 31, tiene contaminación, y así sucesivamente”, explica Cornejo.
Con esos datos se crean mapas de calidad de agua, donde se usa el color rojo para designar aguas contaminadas, ama- rillo para agua de mala calidad, y azul y verde para una calidad de buena a excelente.
Un detalle importante es la taxonomía. En otro país una familia puede tener más géneros de los que tiene en Panamá, y los valores al compararlos con el índice original no van a reflejar la realidad nacional. Por eso se debe adaptar el índice al país, según las especies que tenga.
En la última década, en varios proyectos realizados en Panamá, se han tomado muestras de agua en 160 puntos en ríos de Bocas del Toro, Chiriquí, Coclé, Colón, Herrera, Panamá y Veraguas y se ha obtenido una base de datos con información de cerca de 100 mil individuos de macroinvertebrados. Estos datos le han permitido a Cornejo hacer ajustes a los parámetros del índice BMWP, adaptándolo a Panamá, y lo ha llamado BMWP-PAN.
Este se basa en análisis comparativos de las características de las familias de macroinvertebrados capturadas, su frecuencia de aparición y las condiciones fisicoquímicas de los puntos de muestreo. “La idea no es dejar de examinar parámetros fisicoquímicos, sino complementar los métodos para tener un estudio de calidad de agua integral. Hay que ver no solo qué es lo que afecta al agua, sino también en qué forma la afecta”, señala Cornejo.
La científica ha presentado los resultados a la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, que está apoyando la iniciativa, y se espera que en 2009 se realice en Panamá un foro con especialistas locales e internacionales, que aporten su experiencia y se pueda validar el índice propuesto para Panamá.
Los detalles del BMWP-PAN serían publicados con un manual que explica cómo tomar las muestras, cómo analizarlas e interpretar los resultados.
OTROS DATOS
• Diversidad: Al aplicar el índice se deben contemplar factores como la variedad de microhábitats en los cuerpos de agua, esto favorece una mayor diversidad de especies.
• Limitantes: El muestreo debe ser representativo y tomar en cuenta los factores climáticos.
• Especies: Insectos del orden Neuroptera (familia ‘Corydalidae’) se han hallado en aguas de buena calidad, como en aguas de ligera a moderada- mente contaminadas.
