La reconocida guayabera ya no es una prenda que está solo en un guardarropa masculino, ya que desde hace unos años ha sido adaptada para el cuerpo de la mujer.
Las hay en mangas cortas, mangas largas, sin mangas; al igual que en estilos de trajes con mangas y escotados. También se han hecho versiones en bermudas.
La socióloga Elis Vergara señala que el uso de esta prenda se adoptó en 2003, por la celebración del certamen de Miss Universo en Panamá.
Explica que las participantes las usaron y fue cuando se empezaron a realizar cambios radicales en las guayaberas masculinas y al final se transformaron en femeninas.
Para el sociólogo Milciades Pinzón, el uso de este vestido es una muestra de que algunas piezas masculinas se están adaptando al estilo femenino. “Es bueno porque con esto se rompen los tabús y mitos que existían antes, esos que decían que lo del hombre es aparte de lo de la mujer”.
Para la diseñadora Gaby Valenzuela este vestuario no es considerado como traje típico del país. “Es una transformación”, aclara.
Lo que sí es cierto –apunta Valenzuela– es que hoy está de moda en todo el país, tanto en el interior como en la capital.
Otro punto importante, según la diseñadora, es que este vestuario no debe ser considerado como de lujo. “Por ejemplo, si la usa un varón se verá elegante, pero con las mujeres no será así, ya que en ellas es solo un vestido de calle, no de coctel”.
En cuanto al uso de este atuendo, el diseñador de moda Demóstenes Moreno comenta que las mujeres la utilizan tanto para una tarde de té como para ir a la playa. “También es utilizada en actividades netamente folclóricas”.
Añade que aunque se sepa que es una prenda originalmente masculina y que la utilizaban los señores mayores, hoy muchas generaciones la ven desde otro punto de vista. “Tanto es así que los jóvenes las lucen sin ningún inconveniente”, cita.
