el director de Cube (1997), Vincenzo Natali, aborda de forma visceral en Splice el conflicto moral que rodea la investigación genética, una película incómoda pensada para sacudir conciencias producida por Guillermo del Toro.
El filme, lejos de ser una cinta de terror tradicional, juega a manipular las emociones del espectador a través de la relación de una pareja de afamados científicos (Adrien Brody y Sarah Polley) con su última creación, una criatura a la que llaman Dren.
“Soy un gran aficionado a la ciencia ficción y al horror. Me gusta ver algo que me lleva al límite. En Splice no hay mucha violencia, pero la idea de lo que sucede es más perturbadora de lo que se muestra realmente”, explicó el cineasta.
Natali reconoció la complejidad de equilibrar los diferentes elementos que interactúan en Splice, producida con menos de 30 millones de dólares, para crear su verosimilitud.
“Fue como construir un código genético. Pienso que es una película de criaturas, pero al mismo tiempo es emocional. Siempre fue mi intención hacer un filme estilo Frankenstein pero, en vez de que el monstruo se escape, nosotros lo encerramos y convertimos a los científicos en monstruos”, señaló.
El mexicano Guillermo del Toro (El laberinto del fauno, 2006) incidió en el aspecto humano como factor clave en Splice, donde se muestra “una dinámica familiar aterradora” condensada en el ciclo de crecimiento de la criatura que dura semanas.
“Las relaciones son brutales y grotescas”, declaró Guillermo Del Toro, para quien la meta del filme es “sacudir a las buenas conciencias”.

