Hace 15 años, cuando Álvaro Acevedo dijo por primera vez que era el mánager de una banda de rock que estaba en Chitré, los que lo conocían lo tildaron de "loco". En aquel entonces tenía 22 años. Ahora tiene 36 y es "la cuarta pieza oculta" de uno de los grupos musicales más exitosos de Centroamérica.
Acevedo, manejador de Los Rabanes, comenzó en esta faena presentando demos musicales "de sus muchachos" para despertar el interés de alguna disquera, y en el trayecto llegó a trabajar con figuras de la industria discográfica como Rubén y Roberto Blades, Sergio Cambefort, Emilio Estefan y el equipo de trabajo de la agrupación Metallica.
La historia de Acevedo con Javi, Emilio y Christian empieza cuando todos promediaban 19 años y desde entonces ha estado ligada en los buenos momentos y en los difíciles también.
Cuenta que cada vez que viajaba al interior se aburría, hasta que un día le presentaron a un chico "flaquísimo", llamado Emilio Regueira, que tenía un grupo de rock.
"Los escuché y me llevé para Chitré mi batería –que había comprado a escondidas de mis padres– y éramos la banda Rum and Coke; Emilio con la guitarra, Christian en el bajo y yo en la percusión. Javi era lanzador de un equipo de béisbol de Herrera", relata.
Así permanecieron un tiempo haciendo toques sencillos hasta que el futuro mánager se dedicó a culminar sus estudios de publicidad en la capital.Pasaron dos años y entró a trabajar en el Círculo de Creativos de Panamá, manteniendo su "proyecto roquero" en mente.
Trató de entablar relaciones con Sergio Cambefort, dueño de los estudios Origen, donde se hacían las mejores grabaciones. "Fallé en varios intentos, pero una noche el hijo de Sergio escuchó a la banda en un concierto y se la recomendó. Nos contactaron, grabamos Por qué te fuiste Benito y el resto es historia". Confiesa que a pesar del avance, aún la gente se burlaba de él ya que no sólo había pertenecido a una banda del interior, sino que ahora era el mánager. "Ahora sí ta’ tosta’o", le decían.
Vea Anécdotas y decisiones