Aunque no son agresivos, los escorpiones a veces pican al hombre por accidente y, como producen un veneno que contiene neurotoxinas, le causan diversos efectos (ver tabla) e incluso, pueden llevar a la muerte. Por eso es importante conocer sus generalidades y las medidas de prevención de accidentes.
En Panamá los géneros de mayor importancia son: el Centruroides y el Tityus. La especie con mayor densidad de población en las áreas urbanas es Centruroides margaritatus, que es la que más accidentes provoca, pero sin consecuencias graves. Produce síntomas de tipo local (hinchazón leve, eritema, dolor y parestesias).
El género más peligroso en el país es Tityus. Existen dos especies relevantes: Tityus pachyurus y Tityus parvulus. El envenenamiento por Tityus puede causar una reacción local y sistémicas, que van desde vómitos hasta paro cardiorrespiratorio.
ESTADÍSTICAS
Recientemente se realizó un simposio de escorpionismo en la Universidad de Panamá (UP). Allí el doctor Washington Lum, del Ministerio de Salud (Minsa), expresó que entre 2000 y 2008 se han dado alrededor de 8 mil 385 casos de accidente escorpiónico en forma acumulativa en el país, siendo el año 2007 el de mayor incidencia, con 2 mil 802 casos.
Los menores de uno a cuatro años y de cinco a nueve años son los más afectados, porque son los que fallecen. En ese sentido, a raíz de la muerte de dos niños por envenenamiento severo a mediados del año pasado, las instituciones de salud, entre ellas el Minsa, el Hospital del Niño, el Instituto Con-memorativo Gorgas de Estudios de la Salud, la Caja de Seguro Social (CSS) y la UP formaron una comisión para abordar este problema en el país.
Se produjo un protocolo de tratamiento que está en evaluación y se han estado documentando datos clínicos y epide- miológicos, aunque aún no se cuenta con un mapa de riesgo.
El doctor Luis Coronado, del Hospital del Niño, explicó que luego de analizar la información de los expedientes de 229 pacien- tes entre 2002 y 2007 en esa institución, ya cuentan con una base de datos. En promedio, señaló, antes de 2006 se reportaban entre 25 y 30 casos por año, pero en 2007 hubo 116 expedien- tes que pudieron ser revisados. Este año, hasta el mes pasado se han reportado 48 casos sin defunciones ni envenenamiento grave. La mayoría de los casos llega de Panamá, Coclé y Colón y ocurrieron durante el día.
“Esta información puede ser diferente de otras estadísticas, por ser una población pediátrica”, dijo. El grupo más afectado está entre uno y cuatro años.
Las manifestaciones clínicas dependen de varios factores, entre ellos, la especie de escorpión, el sitio de la picada, la cantidad de veneno inoculado, si el paciente tiene o no una patología, peso y estado nutricional y el tiempo en que recibe atención médica. Añadió Coronado que con el uso de antivenenos, la mortalidad en los últimos años ha disminuido de 4% a 8% hasta menos de 1% en la actualidad.
El médico Humberto Durán, de la CSS, destacó la importancia de administrar el suero rápidamente. El máximo de veneno en sangre se alcanza en dos horas, luego cae y aumenta la concentración en los tejidos. El antiveneno debe funcionar en sangre, por eso debe aplicarse antes de las dos horas.
Una inquietud que se planteó en el evento fue que se debe buscar una alternativa para que haya suero y personal de salud disponible después de las 3:00 p.m.
INVESTIGACIONES
La profesora Hildaura A. de Patiño, farmacóloga del Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos de la Facultad de Medicina de la UP, indica que se está tratando de documentar los casos atendidos en 2008 en Coclé, donde también se trabaja en el tema de ofidismo.
“Los médicos están mandando los especímenes y, al terminar la investigación, podríamos establecer mejor las características del envenenamiento, según el tipo de escorpión involucrado. Esa información será valiosa para ejecutar campañas de prevención en el país”, afirma.
Por otro lado, la UP hará una investigación biológica y molecular financiada por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para esta- blecer la toxicidad del veneno del escorpión y confrontarlo con los antivenenos que se producen en Latinoamérica.
En Panamá se usa suero elaborado en Venezuela. Los sueros son productos muy complejos en su desarrollo. En el estudio se buscará cómo sintetizar los puntos toxicológicos más importantes, a través de una tecnología de ADN recombinante u otra “para que podamos adelantarnos en el proceso y tener estos productos más eficientemente”, añade de Patiño.
De concretarse estos estudios, se constituiría una plataforma para desarrollar procesos científicos, con una aplicación para la salud pública, sobre todo en áreas apartadas.
“Hay que resolver la situación de que el antiveneno esté donde hay mayor riesgo; que haya un personal entrenado; que la legislación y las instancias de salud soporten aspectos legales, técnicos y clínicos para que el paciente sea atendido con un antiveneno que tenga la eficacia debida y que se logre hacer en el tiempo oportuno”, concluye la farmacóloga.
CUADRO CLÍNICO
• Neurológico: visión borrosa, afección de músculos faríngeos, dificultad para tragar, calambres, convulsiones, etc. • Gastrointestinal: náuseas, vómitos, dolor abdominal, etc. • Cardiovascular: taquicardia, hipertensión, arritmias, hipotensión, bradicardia. • Respiratorio: dificultad para respirar, edema pulmonar. • Metabólico: hiperglicemia e hipermilasemia. • Genitourinario: retención o incontinencia urinaria, priapismo.