El hondureño Alfredo Hawit, suspendido presidente de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), y vicepresidente de la FIFA, fue extraditado de Suiza a Estados Unidos, donde está procesado en el caso de corrupción en la FIFA, indicó este miércoles el FBI.
"Ha sido extraditado", comentó a la AFP la vocera Kelly Langmesser de la Oficina Federal de Investigaciones estadounidense.
Detenido el 3 de diciembre en Zúrich (Suiza), Hawit es sospechoso de haber "aceptado sobornos de varios millones". La portavoz no quiso brindar detalles sobre la extradición.
Hawit compareció este miércoles por la tarde ante un juez federal de Nueva York en los tribunales de Brooklyn (sudeste), y se declaró no culpable.
Hawit, de 64 años, llegó vestido de traje, con aire fatigado, y siguió la audiencia con la ayuda de un intérprete. Fue su abogado quien habló por él en un tribunal federal de Brooklyn.
Su abogado afirmó que sufre "graves problemas de salud" y que lo pasó mal en prisión en Suiza por este motivo".
La fiscalía del distrito este de Nueva York lo acusa de haber recibido de parte de sociedades de mercadotecnia deportiva varios millones de euros en sobornos a cambio de los derechos de comercialización y difusión de torneos organizados en Latinoamérica.
Hawit, de 64 años, se había opuesto a su extradición a Estados Unidos en su primera audiencia ante la policía cantonal de Zúrich tras su arresto, pero el pasado 6 de enero cambió de parecer.
La Fiscalía Federal de Nueva York ya adelantó en una carta al juez Robert Levy que pedirá una fianza de 4 millones de dólares, de los cuales 500 mil en efectivo, para que el acusado obtenga la libertad provisoria, advirtiendo que plantea "un serio riesgo de huida".
Los 12 cargos presentados por la fiscalía contra Hawit incluyen asociación delictiva, fraude y lavado de dinero.
En total, las causas abiertas en Estados Unidos por el escándalo de corrupción en la FIFA, que estalló en mayo pasado y tuvo una segunda oleada de acusaciones en diciembre, incluyen a 39 personas, la mayoría altos dirigentes del fútbol del continente americano, y dos compañías de marketing deportivo.
Doce individuos se han declarado culpables, aceptando cooperar con la fiscalía a cambio de una posible reducción de la pena, y 27 son actualmente juzgados.
El escándalo afectó al propio presidente dimisionario de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, suspendido por ocho años de toda actividad ligada al fútbol, al igual que Michel Platini, presidente de la UEFA desde 2007.
Este miércoles, el número dos de la FIFA, Jerome Valcke, fue despedido después de ser investigado por un caso de corrupción relacionado con la reventa de entradas en el Mundial-2014.

