El sector bancario expresó en un comunicado la necesidad de que el Gobierno elabore un presupuesto para el año 2024 acorde con la realidad económica y las finanzas públicas, dado que el Ministerio de Economía y Finanzas ha anunciado que hará nuevos recortes en la partida de ingresos y gastos.
La Asociación Bancaria de Panamá indica que el país tendrán una merma importante en los ingresos por varios factores, entre ellos el impacto por la sequía que ha afectado el Canal y la ausencia de ingresos por la actividad minera, además de los costos que tendrá que asumir el país por el cierre de las operaciones de la mina.
Señala el gremio de la industria financiera que el país se enfrenta a un ambiente de volatilidad compuesta, en el que intervienen tanto factores externos como un contexto internacional complejo marcado por inflación, altas tasas de interés, guerras y tensiones geopolíticas, pero también por el efecto interno de la sequía sobre el Canal, la posible pérdida del grado de inversión que se suman con fuerza a las amenazas actuales sobre las finanzas públicas.

Por lo que insisten en que el presupuesto general del Estado debe incorporar todas estas variables para tener un componente de austeridad en el gasto.
“Un Presupuesto general del Estado que incorpore plenamente las previsiones expuestas, debe ser una herramienta fundamental para superar las duras pruebas que enfrentamos como país. Un presupuesto responsable, austero, que no conlleve un aumento del endeudamiento público y que se enfoque en lograr mayor eficiencia, cobertura y calidad de los servicios públicos, es lo que demandan amplios sectores de la población”.
La banca indica que aún no existe una ruta clara sobre cómo el país cumplirá con el fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el contrato minero. “Tampoco hay claridad sobre los riesgos y costos asociados a estas decisiones con relación a las finanzas públicas, pero es claro que habrá menos ingresos y más gastos para el Estado”.
Consideran que lo más oportuno en este momento, cuando el país se recupera del efecto de los bloqueos de vías, cierre de escuelas y la debilidad en la convivencia de la sociedad, es que se implemente un presupuesto más realista.
“Un presupuesto realista también sería un elocuente mensaje de prudencia a los mercados de capital y a las agencias calificadoras de riesgo, que seguramente lo incorporarían en sus respectivas evaluaciones para decidir si Panamá merece seguir siendo considerada como destino para invertir, o retrocede para volver a pagar los altos costos propios de las inversiones especulativas”.

