Panamá es uno de los países que más crece en Centroamérica y la región de América Latina; sin embargo, ese impulso tiende a moderarse. Los desafíos internos —como el aumento de la deuda, la baja recaudación de impuestos frente a un gasto público presionado, el desempleo y la informalidad— representan retos importantes para 2026.
Cómo está la economía del país y cuál es la situación de los sectores clave como logística, comercio, banca y finanzas, construcción y otros serán temas que se debatirán en el foro Café con La Prensa “Entre Panamá y el mundo: Balance 2025 y los desafíos que redefinen el futuro”, organizado por La Prensa y Bi Bank Panamá.
En este espacio se evalúa dónde se encuentra Panamá al cierre de 2025 y cuáles son los factores que influirán en su rumbo económico, fiscal y productivo de cara a 2026 y 2027. El encuentro contará con la participación de Luis Navarro, socio director de Indesa Capital, y Juan José Barrios, economista país del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Panamá ha sido “un milagro de crecimiento”, con un desempeño económico que durante años superó de forma constante el promedio latinoamericano.
Juan José Barrios, economista del BID, explicó que en los últimos cuatro quinquenios el crecimiento ha sido consecutivamente menor en cada uno, todavía se mantiene por encima de la media regional, incluso en contextos globales complejos.
Sin embargo, advirtió que el país enfrenta retos estructurales importantes. Señaló que dos tercios del crecimiento están concentrados principalmente en tres sectores, lo que genera vulnerabilidad: “Cuando esos sectores se afectan, el resto de la economía también lo siente”.
A esto se suman desafíos de gestión pública que dificultan transformar el crecimiento económico en desarrollo social sostenible. La recaudación fiscal de Panamá equivale al 8.4 % del PIB, muy por debajo del promedio regional de 18 %.
Barrios reconoció avances recientes, entre ellos la mejora en las dinámicas fiscales que han sido valoradas positivamente por las agencias crediticias y analistas financieros.
Destacó que Panamá mantuvo su grado de inversión y logró una extensión de tiempo para mostrar señales de sostenibilidad fiscal. No obstante, insistió en que “todavía falta enviar más señales”, especialmente porque la línea de gasto se mantiene elevada mientras que los ingresos continúan por debajo del nivel deseado, generando presión sobre el funcionamiento del Estado.
El economista subrayó que la desconexión entre crecimiento e ingresos públicos es “una oportunidad y un reto”, y recordó que Panamá necesita mantener los flujos de inversión extranjera directa en niveles altos, aun cuando el pronóstico consensuado de analistas sugiere crecimientos cercanos al 4% en el mediano plazo.
“Panamá sigue siendo un outlier en la región: crece entre los más altos, pero recauda entre los más bajos. Esa desconexión entre crecimiento económico e ingresos tributarios es, al mismo tiempo, una oportunidad y un reto para el país.”
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Recomendó acciones como reducir el déficit, cumplir la regla fiscal, mejorar la eficiencia del gasto y revisar temas estructurales como la rigidez presupuestaria, la ley de educación del 7%, los regímenes especiales y los mandatos automáticos de aumentos, promoviendo un enfoque basado en desempeño.
“La reforma a la CSS marcó un giro en la percepción internacional: el riesgo país cayó y Panamá pasó a tener uno de los bonos con mejor rendimiento del año, destacó Juan José Barrios, economista del BID, en Café con La Prensa.”
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Por su parte, Luis Navarro, socio economista de Indesa, analizó el impacto de la situación económica sobre la población y la dinámica del consumo en Panamá. Explicó que el país atraviesa “un punto de inflexión”, con algunos vientos en contra tras la pandemia, pero también con un panorama favorable en sectores específicos. Recordó que 2025 será “un año de transición”, en el que el desempeño económico dependerá mucho de cada actividad: mientras el turismo y el Canal han mostrado recuperación, el consumo interno y las ventas de productos como la cerveza continúan a la baja.
En materia de comercio exterior, señaló que los datos de importación muestran un comportamiento relativamente estancado, aunque con expectativas estables.
Luis Navarro, socio director de INDESA Capital, afirmó que el futuro de la mina debe decidirse con información técnica y debate nacional. Propuso traer expertos internacionales para explicar costos, beneficios y el valor real de las reservas. “Lo menos que le debemos a la… pic.twitter.com/aD2asMrbVh
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Entre los sectores más sensibles destacó el inmobiliario, que ha sido afectado por la reforma a la ley de interés preferencial, el aumento de tasas, las protestas del año pasado y la disminución de compradores extranjeros. No obstante, resaltó que en los últimos meses se observa un repunte en ventas de viviendas y proyectó que muchos proyectos detenidos podrían reactivarse hacia el verano de 2026.
Recordó que el 45% de las compras de viviendas por encima de 120 mil dólares provienen de extranjeros, principalmente de Colombia, Venezuela y Estados Unidos.
Navarro también se refirió al clima financiero y a la percepción de riesgo. Afirmó que Panamá aún paga una prima de riesgo mayor que Costa Rica, a pesar de tener un centro bancario regional sólido y un crecimiento de 5% en los depósitos de particulares, indicador de confianza local y extranjera.
Luis Navarro, socio director de Indesa Capital, afirmó que 2026 será un año más positivo que 2025, con mayor impulso económico y mejoras en el empleo, impulsadas por nuevas inversiones y un cambio de vientos en la economía.https://t.co/rLx5Yn38em pic.twitter.com/OizsH1fZuy
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En cuanto al futuro, planteó dos escenarios para 2026: uno optimista, con la mina en operación; y uno pesimista, si no se resuelve el tema minero y sus arbitrajes.
Las expectativas de crecimiento rondan el 5% del PIB, aunque persisten desafíos como el déficit fiscal, el desempleo y la desinflación, que afecta de manera distinta según bienes y servicios.
Finalmente, destacó que el combustible del crecimiento económico seguirá siendo la ejecución de grandes proyectos, especialmente aquellos vinculados al Canal, cuyo portafolio supera los 8 mil millones de dólares e impactará entre 2026 y 2027.
También mencionó la expansión del Metro, las inversiones en comercio e industria y la necesidad de revisar profundamente iniciativas de gran escala, como el tren de 5 mil millones de dólares, dada la limitación de recursos.
Consideró indispensable avanzar en temas pendientes como la competitividad, la salida de listas internacionales y la discusión de reformas institucionales, aprovechando los trabajos realizados en 2010 y 2011, sin recurrir a una constituyente originaria.
