El escenario económico de Panamá para 2024 estará marcado por la incertidumbre del contrato minero, el aumento del gasto en la planilla estatal y el incremento de la deuda.
A esto se agrega un frágil panorama fiscal, con la caída de los ingresos tributarios y una desaceleración de la economía en pleno año electoral, donde las empresas e inversionistas tendrán que maniobrar, innovar y buscar nuevas oportunidades.
Así lo describe el economista Felipe Chapman, socio director de Indesa, al hacer un análisis de las perspectivas económicas en el foro Café con La Prensa, en el que señala que el próximo año el país se enfrentará al vencimiento de compromisos de deuda por al menos $2,465 millones, a lo que se debe sumar un déficit fiscal por $3,390 millones, y la falta de recursos para las pensiones por $1,181 millones.
Todo esto comprende recursos cercanos a los $7 mil millones que necesitará el Ejecutivo, una parte para pagar deuda y otra para asumir el gasto público y los compromisos sociales como el programa Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja del Seguro Social.
Chapman aclara que estos montos son estimaciones que pueden variar según los distintos escenarios y más ahora que el Ejecutivo hará modificaciones y recortes en el presupuesto de 2024, y cuando todavía se desconoce el futuro de la actividad minera en el país.

Chapman menciona que sólo por un mes de protestas y bloqueos en rechazo al contrato, la economía lleva perdidos 1,389 millones de dólares, lo que se traducirá a su vez en una caída de 1.2 puntos en el producto interno bruto que hará que el crecimiento económico estimado de 6.2% para este 2023 se ubique en 5% y en 4.3% para 2024.
Aclara que las pérdidas de un mes de bloqueos y protestas son cifras preliminares y estimaciones que pueden cambiar dependiendo de la prolongación o cese de la crisis actual.

Escenarios económicos
Al hacer un análisis de las perspectivas económicas en el foro Café con La Prensa, el economista Felipe Chapman, socio director de Indesa, indicó que hay que respetar la decisión legítima y soberana del pueblo panameño de no querer el desarrollo de la minería en el país, pero a su vez advierte que cerrar la mina operada por Minera Panamá implicará también una pérdida económica y de empleos que, a mediano y largo plazo, serán absorbidos por otras actividades.
Se estima una pérdida de al menos 4.5 a 5 puntos del producto interno bruto y de alrededor de 6 mil 500 empleos.
“Si la mayoría del país no quiere la minería, yo me sumo a esa decisión”, dijo el economista, al indicar también que el país requerirá de un escenario adecuado para el cierre de las operaciones de la mina, de ser el caso.
“Me preocupa que se tome una decisión al margen de la ley en las calles y sin respeto al Estado de derecho y, ante esto, las probabilidades de perder un arbitraje se duplican”, alertó Chapman, al analizar los distintos escenarios que se plantean en el país con la crisis minera.
Precisa que si la Corte Suprema de Justicia declara inconstitucional el contrato minero, no se resuelve todo de un día para otro. “Viene el día después, con muchas interrogantes. ¿Cómo se cierra la mina, quién la cierra? ¿Qué pasa si se va o no a un arbitraje? El país necesitará un equipo negociador de alto calibre”.

Por otra parte, indica que Panamá puede “vivir” sin la minería. “Antes que abriera la mina, en 2019, no teníamos una mina de esa magnitud y el país ya estaba en unos niveles de crecimiento y tamaño de economía importantes. Por otro lado, si cerramos mañana la mina y desaparece 4.5% del producto interno bruto, se puede sustituir, por supuesto, pero no en el corto plazo”.
Menciona que otras actividades pueden reemplazar el aporte de la minería, como el sector turismo, que actualmente representa solo 2.4% del PIB. “No tenemos una estrategia frente al turismo, a diferencia de Costa Rica o República Dominicana, que tienen una estrategia país para desarrollar el turismo, pero a pesar de esto el turismo ha sido uno de los mayores productores de divisas y manejamos sin mapa. Imagínense si navegamos con un mapa y nos ponemos de acuerdo”.
Además del turismo, Chapman dijo que hay otros sectores con potencial de crecer más como logística y el tecnológico; este último requiere de mano de obra calificada. Para eso debe mejorarse la educación.

Impacto en el empleo
El rostro humano de la crisis que se ha generado por el rechazo del contrato minero se reflejará en la pérdida de empleos, cierre de micro, pequeñas y medianas empresas y la quiebra de negocios, principalmente en el occidente del país, donde los bloqueos que cumplen un mes, han generado pérdidas en sectores como turismo, agro, comercio y construcción, entre otros.
El economista señala que hay empresas que están suspendiendo contratos laborales a los trabajadores y otras que han cancelado los planes de contratación de personas de forma temporal para esta época del año.
“Ya se está viendo suspensión de contratos de trabajo, despidos y micro pequeñas y medianas empresas que cerrarán o están al borde de la quiebra, principalmente en la parte occidental del país, que es donde se concentra la gran mayoría de los empleos. Los más afectados son los grupos de más bajos ingresos y los más vulnerables”, alertó.
Es así como proyecta que la tasa de desempleo que se había recuperado después de la pandemia seguirá aumentando, además de que se acentuará la informalidad.
“La tasa de desempleo se estaba reduciendo lentamente y continuará por encima del nivel prepandemia. La inflación continuará su trayectoria de estabilización, debido en parte al sostenimiento del subsidio al combustible, pero se ha visto impactada por la eliminación del subsidio a la electricidad”.
El desempleo afecta a 155,625 personas y se ubica en 7.4%, al cierre de agosto de 2023.

Por otra parte, Chapman indica que hay que prestar atención al déficit del sector público no financiero, que será superior al límite permitido por la regla fiscal en 2023 (3% del PIB) si el Estado no computa los ingresos mineros que ya se habían calculado.
“En 2024, con o sin regalías, no se cumplirá el límite del déficit. La relación deuda-PIB seguirá aumentando sin una estrategia de consolidación fiscal, poniendo presión al grado de inversión”, advierte.
El saldo de la deuda pública al mes de octubre de 2023 asciende a 47,406 millones de dólares.
Explica Chapman que el principal riesgo es una prolongación de la crisis por el contrato minero que continúe paralizando la actividad económica.
“Los sectores más impactados son turismo, sector agrícola de tierras altas, transporte internacional, carga local, transportistas y distribuidores, entre otros”.
Y en segundo lugar, Chapman indica que hay un riesgo de sostenibilidad fiscal, en particular por la falta de transparencia de las cuentas públicas y la gestión de las próximas necesidades de financiamiento.
“Se aumentará el costo de acceder a nuevo financiamiento, primero para el Gobierno y luego para los bancos, empresas y las personas. Es una cadena, nos afecta a todos”.

El economista precisa que el próximo año, el Gobierno enfrenta la necesidad de contar con cerca de 7 mil millones de dólares, según estimaciones preliminares que pueden variar, para pagar vencimiento de deuda, cubrir déficit fiscal y atender compromisos con el pago de pensiones, ante la ausencia de una reforma profunda que se ha ignorado en los últimos 10 años.
En detalle, estos 7 mil millones de dólares abarcan: vencimiento de compromisos de deuda por al menos 2,465 millones de dólares, déficit fiscal por 3,390 millones de dólares y la falta de recursos para las pensiones por 1,181 millones de dólares.
Chapman pone de ejemplo que si se fuese a refinanciar la deuda hoy, a mediano o largo plazo (10 años), le costaría al país una tasa aproximada de más o menos 7%, cuando hace cinco años estaba en 3% a 4% y, en pandemia, prácticamente en 0%.
“Salir al mercado de financiamiento externo le costará más al país por un aumento de la prima de riesgo país, que ya se manifiesta en los mercados”, agregó.
Otro reto que menciona Chapman para 2024 es el externo, entre ellos la política monetaria estadounidense, influida por una incierta inflación global y, por último, el impacto de los fenómenos climáticos con incidencia en algunos sectores (Canal, agropecuario y posiblemente el eléctrico).
Dónde están las oportunidades para crecer
Chapman indica que, en medio de los problemas, también hay desafíos y oportunidades. Considera que en el primer trimestre, si se logra superar la crisis actual, se podrá capitalizar la recuperación del sector turístico e incluso se debe pensar en impulsarlo más como una alternativa realmente sostenible con un plan de desarrollo.
Además de que Panamá, en el contexto regional, seguirá registrando un crecimiento económico sólido en comparación con otros mercados.
Otra oportunidad que menciona es desarrollar el valor agregado del centro logístico para explotar el nearshoring, que hasta ahora ha sido más aprovechado por México, por ejemplo.

Chapman indica que los nuevos motores impulsados por la tecnología son una oportunidad para el país, pero a la vez un desafío para mejorar el sistema educativo y la capacitación del recurso humano para poder potenciar y atraer esas inversiones y que cuenten con la mano de obra calificada para asentarse en el país.
“Panamá es un país resiliente, es un país que va a sobrevivir esta coyuntura y estoy seguro que aprenderemos de esto. Estoy apostando que este será un país mejor, más próspero y más equitativo”, dijo el socio de Indesa, al indicar que hay oportunidades para mejorar y seguir liderando el crecimiento.
Indica que el país tiene la oportunidad de reducir la desigualdad y la pobreza y tener un crecimiento económico sostenible.

