La economía panameña necesita crecer a una tasa anual superior al 4% para lograr una reducción en los niveles de desempleo, que de acuerdo con las últimas cifras de la Contraloría General era de 9.5% a finales de 2024.
Jonathan Astudillo, director de Estudios Económicos de la firma Indesa, comentó que a pesar del crecimiento actual de la economía no se están generando los puestos de trabajo necesarios para reducir la tasa de desocupación laboral.
Para este año Indesa proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 3.6%, cifra que supera el 2.8% registrado el año pasado. Sin embargo, Astudillo advirtió que dicho ritmo sería insuficiente en términos de generación de empleo.
Jonathan Astudillo, director de Estudios Económicos de la firma IndesaJonathan Astudillo, director de Estudios Económicos de la firma Indesa

El economista señaló que, aunque la economía creció 4.4% en el primer semestre de 2025, este resultado ha sido impulsado principalmente por el sector externo, liderado por el transporte marítimo, el aéreo y la cadena logística, con un papel destacado de la recuperación de las operaciones del Canal de Panamá.
Otros sectores, como la construcción, se mantienen por debajo de los niveles de años anteriores, lo que ha limitado el desempeño de actividades relacionadas como la producción y venta de materiales, así como el sector inmobiliario.
Agregó que llama la atención que todavía el número de contratos nuevos registrados por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia respiratoria.
Hasta junio, el Mitradel había reportado la inscripción de 142,391 nuevos contratos, cifra que superó en 2.2% los datos de igual periodo del año pasado, pero que está 29% por debajo de los niveles de contratación del primer semestre de 2019.
El director de Estudios Económicos de Indesa insistió en que es fundamental que el sector privado lidere la creación de empleos, pero señaló que esto no ocurre desde 2014, cuando el sector construcción registró un incremento importante asociado a las obras del tercer juego de esclusas.
Sobre este punto, el consultor en temas laborales y asesor empresarial René Quevedo explicó que entre agosto de 2012 y octubre de 2024 se perdieron 24,174 trabajadores asalariados privados, pero al mismo tiempo se incorporaron 63,044 nuevos funcionarios y 264,153 informales a la economía.
De acuerdo con Quevedo, cada trabajador asalariado que perdió su empleo fue reemplazado en la economía por tres funcionarios y diez informales.
“Entre 2019 y 2024 la economía panameña enfrentó dos grandes shocks: la pandemia y el cierre minero, ambos con impactos laborales distintos, además de tres aftershocks asociados con las protestas sociales de 2022 y 2023. La pandemia provocó la desaparición de 407 mil empleos formales privados entre 2020 y 2021, lo que representó el 47% de las planillas de la empresa privada registradas en agosto de 2019. De hecho, en ese periodo crítico, tres de cada cuatro empleos asalariados privados fueron eliminados o suspendidos”, puntualizó el asesor empresarial.

Añadió que el segundo golpe llegó con el cierre de la mina y la consecuente pérdida del Grado de Inversión de Fitch Ratings en marzo de 2024, lo que ocasionó la destrucción de 54,107 empleos formales no agrícolas entre agosto de 2023 y octubre de 2024.
Hitos claves
Para el director de Estudios Económicos de Indesa hay factores determinantes en el corto y mediano plazo que influirán en las proyecciones de crecimiento del PIB, que según la firma tiene potencial para superar el 4% en 2026 y 2027.
El primero será la aprobación del presupuesto general del Estado para la vigencia 2026, fijado por la administración del presidente José Raúl Mulino en 34,901 millones de dólares, aunque diputados de la Asamblea Nacional han solicitado aumentos para algunas instituciones.
El segundo será la revisión de la calificación de Panamá en los próximos meses por parte de Moody’s y S&P, que aún mantienen al país en el rango de grado de inversión, pero con un alto riesgo de desmejorar la evaluación debido al elevado endeudamiento y a la caída en los ingresos fiscales.
“El incremento de la deuda en los últimos años ha provocado que las agencias calificadoras miren más de cerca los indicadores panameños, buscando señales de ajustes que le permitan al país mantener el grado de inversión”, dijo Astudillo.
Según las últimas evaluaciones de las agencias internacionales, Moody’s mantiene a Panamá en Baa3 con perspectiva negativa, destacando preocupaciones fiscales y riesgos macroeconómicos, mientras que S&P Global ha dado un paso adicional al situar al país en BBB- con perspectiva estable, aunque condicionando esa calificación al manejo de la deuda y los ingresos públicos.
El saldo de la deuda pública alcanzó los $57,816 millones al cierre de agosto de 2025. De este total, más de 25 mil millones de dólares corresponden al periodo 2019-2024, mientras que en la actual administración se sumaron otros $5,818 millones.
Para 2026 Indesa considera como determinantes la entrada en vigor del nuevo rango de la ley de intereses preferenciales para préstamos hipotecarios, la licitación del Estudio de Impacto Ambiental para la construcción del embalse en el río Indio por parte de la Autoridad del Canal de Panamá, y los análisis de factibilidad para el tren Panamá–frontera.

Asimismo, la finalización de la auditoría ambiental en la mina de cobre paralizada desde noviembre de 2023 tendrá un impacto importante en el desempeño de la economía en 2026, al igual que la selección del contratista para la construcción del gasoducto del Canal.
En este paquete de hitos, Indesa también considera clave la eventual implementación de una reforma fiscal y constitucional, aunque por el momento el Gobierno ha indicado que no prevé establecer nuevos impuestos.
Astudillo subrayó la importancia de la nueva ley de intereses preferenciales, ya que, en su opinión, el nuevo régimen, sumado a una reducción en las tasas de interés, permitirá al sector inmobiliario y de la construcción recuperar el ritmo de crecimiento.
Explicó que el crecimiento del PIB y la generación de empleos están ligados al desempeño de la construcción y advirtió que actualmente esto no ocurre, lo que se ha traducido en altos niveles de desempleo.

Durante el foro “Liderazgo en tiempos de incertidumbre”, organizado por la Cámara de Sedes de Empresas Multinacionales, Astudillo señaló que existen proyectos privados y estatales que superan los 35 mil millones de dólares en inversiones, donde las obras lideradas por el Canal de Panamá tendrán un rol importante en el comportamiento de la economía del país.
En ese mismo evento participó Pedro Rodríguez, economista en jefe para Centroamérica del Banco Mundial, quien afirmó que la clave para reducir la pobreza es la creación de empleo. Aunque no se refirió de manera directa a Panamá, destacó la necesidad de revisar los sistemas tributarios en la región para mejorar los ingresos fiscales.
Para este año el Banco Mundial estima que la economía panameña crecerá 3.9% y 4.1% en 2026. La nueva proyección mejora el cálculo que la entidad financiera había hecho en abril pasado, cuando anticipaba una expansión de 3.5% para 2025 y de 3.8% para el año siguiente.
