Las empresas enfrentan hoy un cambio de época, no solo tecnológico, sino cultural y organizacional. La inteligencia artificial no es simplemente una herramienta más: es una fuerza transformadora que desafía la manera en que se gobierna, se decide y se genera confianza dentro de las organizaciones.
En el marco de un almuerzo ofrecido por Bladex durante la Semana de la RSE de Sumarse, se llevó a cabo una presentación que invitó a reflexionar sobre uno de los temas más urgentes para el mundo empresarial actual: la gobernanza corporativa en la era de la inteligencia artificial. La exposición estuvo a cargo de Emilia Restrepo, rectora del Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) de Colombia.
Emilia comenzó destacando un dato contundente: 253 mil millones de dólares han sido invertidos en inteligencia artificial sin que exista un retorno medible claro. Además, mientras el 90% de los empleados utiliza IA personalmente en su trabajo diario, apenas el 40% de las organizaciones tiene políticas definidas sobre su uso. Este desbalance ha dado paso a lo que denomina “Shadow AI”: el uso no regulado de herramientas tecnológicas que operan fuera de la vista y el control institucional.
Para las juntas directivas y los altos mandos, esto implica riesgos concretos: pérdida de datos sensibles, fallas de cumplimiento normativo, impactos reputacionales y vulnerabilidades en ciberseguridad.
Uno de los mensajes centrales de Emilia Restrepo fue que el liderazgo no escala a través del control, sino de la confianza. Las organizaciones que están aprovechando la IA de manera efectiva no la ven como una amenaza, sino como un socio para el aprendizaje y la innovación. En lugar de frenar, habilitan. En lugar de imponer, construyen cultura digital.
La nueva gobernanza implica dejar de pensar en estructuras rígidas y adoptar esquemas flexibles que empoderen a las personas y fortalezcan la toma de decisiones con criterio humano y soporte tecnológico. No se trata solo de incorporar herramientas: se trata de transformar la forma en que se lidera.
Emilia lo resumió con una idea potente: “No es la IA la que transformará las organizaciones, sino los líderes que aprendan a gobernarla.” Las empresas que asuman este desafío con inteligencia y audacia tendrán una ventaja real y sostenible.
La IA puede procesar datos, pero no puede sentir, pensar éticamente ni tener propósito. Por eso, la gobernanza del futuro no será solo tecnológica: será profundamente humana. La ética dejará de ser un chequeo de cumplimiento para convertirse en el núcleo de la estrategia corporativa.
La confianza será el nuevo KPI. Gobernar bien significa hoy garantizar que las decisiones impulsadas por IA estén alineadas con los valores institucionales, la equidad, la transparencia y el respeto por las personas.
En la era de la inteligencia artificial, las empresas que combinen visión estratégica, liderazgo confiable y gobernanza ética serán las que realmente lideren. No porque dominen la tecnología, sino porque puedan ponerla al servicio de las personas y del propósito organizacional.
El autor es fundador de Semiotik.

