Las recientes suspensiones de vuelos hacia Venezuela por parte de varias aerolíneas han vuelto a encender las alarmas sobre la seguridad de la navegación aérea en la región en medio de conflictos militares y ejercicios.
En las últimas semanas, compañías como Copa Airlines, Wingo y Satena han reportado interrupciones en sus sistemas de navegación, lo que las llevó a cancelar temporalmente operaciones hacia el país sudamericano. Incluso un vuelo de Copa con ruta entre República Dominicana y Panamá reportó incidencias en sus sistemas de navegación por interferencias por jamming (interferencia intencionada de señales de radio o satélites para bloquearlas).
De acuerdo con reportes técnicos, distintas aeronaves han experimentado interferencias y degradación del GPS, un problema que expertos describen como un “muro electromagnético” sobre los cielos venezolanos. Estas afectaciones se han intensificado entre octubre y diciembre, coincidiendo con el aumento de tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y el gobierno de Nicolás Maduro.
La situación también se ha visto influenciada por los ejercicios militares estadounidenses en el Caribe, en el marco de operaciones antinarcóticos.
Ante esta situación, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) desde Ginebra donde se realiza este martes el IATA Media Day, expresó su preocupación por el incremento de incidentes y confirmó que varias aerolíneas han cesado operaciones en el área debido al nivel de riesgo.
Nick Careen, vicepresidente senior de Operaciones y Seguridad de IATA, explicó a los medios de comunicación que mientras las aerolíneas de Oriente Medio o Europa del Este están acostumbradas a operar en entornos con amenazas similares, para las compañías latinoamericanas este fenómeno es nuevo.
“Esto fue algo nuevo para las aerolíneas latinoamericanas, especialmente alrededor de Venezuela. La mayoría ha dejado de operar”, confirmó Careen ante la pregunta enviada por La Prensa a los colegas que asisten a la conferencia entre ellos el medio chileno elaereo.com que hizo llegar nuestra consulta .
“Unas pocas aerolíneas continuaron volando, pero siguieron recibiendo jamming y spoofing durante sus operaciones”.

Careen añadió que la IATA ha elevado el tema ante la OACI (Organización Internacional de Aviación Civil) para solicitar su intervención:
“Hemos escalado el tema a la OACI con la esperanza de que pueda intervenir y ayudar a mitigar la cantidad de interferencias que estamos viendo. Es muy difícil cuando un tercio de la flota está en tierra”.
El directivo recordó que estas situaciones suelen asociarse a zonas de conflicto o a operaciones militares, y que las aerolíneas cuentan con procedimientos para manejar fallas de navegación, aunque subrayó:
“Nos gustaría ver menos de esto”.
Una situación que podría extenderse en la región
Consultado sobre si estas interferencias podrían expandirse a otros países de América Latina debido al contexto geopolítico, Careen evitó pronunciarse:
“Puedo decir lo que pienso personalmente, pero no podemos comentar oficialmente sobre ese escenario”.

Un mapa de la plataforma Flightradar24 muestra cómo el pasado lunes 8 de diciembre se registró alta interferencia sobre zonas de la capital venezolana, cerca de Maracay y Valencia en Venezuela.
La IATA y la OACI continúan monitoreando la situación mientras las aerolíneas regionales evalúan sus rutas y procedimientos ante un escenario creciente de riesgos electrónicos en el espacio aéreo venezolano.
En la última semana la misma IATA confirmó que rutas que sobrevolaban el espacio aéreo venezolano han sido desviadas en coordinación con la OACI hacia otras coordenadas o espacios aéreos para evitar cualquier riesgo en sus operaciones.
A nivel global, la interferencia deliberada a los sistemas de navegación satelital (GNSS), que incluye jamming y spoofing, se ha expandido aceleradamente desde 2022, según datos de organismos internacionales.

Las zonas más afectadas son Medio Oriente, Europa del Este —donde el conflicto en Ucrania ha incrementado los incidentes— y, más recientemente, el Caribe y Venezuela, donde los reportes operativos muestran un aumento sostenido de señales falsas y bloqueos.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI/ICAO) ya reconoce el fenómeno como un problema global y estima que al menos el 90% de estas interferencias tienen origen militar, generalmente asociadas a operaciones tácticas o ejercicios defensivos.

Frente a este escenario, expertos y autoridades de aviación han intensificado las recomendaciones para las aerolíneas que operan en zonas afectadas. Entre las medidas sugeridas están mejorar los mecanismos de reporte entre pilotos y controladores, implementar sistemas de navegación alternos cuando sea posible y promover la creación de estándares unificados entre fabricantes, que aún no existen.
También se solicita realizar evaluaciones de riesgo previas a cada operación y reforzar el entrenamiento especializado para pilotos en caso de pérdida de señal GNSS.

