En un esfuerzo por asegurar el respeto de los derechos laborales de los trabajadores migrantes, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó la Estrategia Regional de Migración Laboral y Movilidad Humana en América Latina y el Caribe 2023-2030.
Este plan, creado con el apoyo técnico de 37 países y territorios de la región, busca garantizar el acceso del sector privado a la mano de obra necesaria y aprovechar la migración para el desarrollo de los países.
Ana Virginia Moreira, directora regional de la oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, subrayó la vulnerabilidad de la población extranjera y el potencial que su integración tiene para el desarrollo de los países receptores.
“La falta de trabajo decente empuja a millones de personas en el mundo a buscar en otros países mejores oportunidades; en el tránsito, el trabajo es fundamental para proseguir la ruta, y al llegar al destino, es crucial para la integración socioeconómica de estas personas trabajadoras y sus familias”, afirmó.
La estrategia se estructura en cinco áreas temáticas clave: el fortalecimiento de la gobernanza de la migración laboral y coherencia de políticas; la aplicación de los principios y directrices para la contratación equitativa; impulso de políticas públicas para crear empleo y reducir la informalidad; crear medidas que favorezcan la movilidad laboral y el reconocimiento de competencias y la mejora de los sistemas de protección social.
Francesco Carella, especialista regional de la OIT en migración laboral y movilidad humana, destacó que esta estrategia fue construida colectivamente por gobiernos, empleadores y trabajadores, y está diseñada para adaptarse a los cambios constantes en la migración y a los contextos específicos de cada país y subregión.
El informe de la OIT, Ganancias y pobreza: Aspectos económicos del trabajo forzoso, publicado en marzo de 2024, revela que el trabajo forzoso de personas trabajadoras migrantes genera beneficios ilegales de $37,000 millones anuales. Estos beneficios provienen principalmente de salarios impagados y comisiones de contratación.
Según un informe de la OIT de 2021, de los 169 millones de personas trabajadoras migrantes en el mundo, 5,9 millones viven en América Latina y el Caribe.
Estimaciones de la OIT, indican que el 15% de los adultos sometidos a explotación laboral forzosa en el mundo son migrantes, y estos tienen tres veces más probabilidades de ser sometidos a trabajo forzoso que los no migrantes.
Con esta estrategia, América Latina y el Caribe buscan no solo proteger los derechos de los trabajadores migrantes, sino también integrar esta fuerza laboral vital en el desarrollo socioeconómico de los países de la región.