Pese a la mejora registrada en la recaudación durante el acumulado entre enero y octubre de 2025, la gestión tributaria de Panamá enfrenta desafíos estructurales que condicionarán el desempeño fiscal del próximo año.
Así lo advirtió el abogado y experto tributario Javier Mitre, quien señaló que los resultados preliminares muestran avances operativos, pero también limitaciones de fondo que deberán atenderse de cara a 2026.
Mitre destacó que la recaudación tributaria creció en comparación con el año anterior al cierre de octubre, impulsada principalmente por los impuestos directos, entre ellos la renta natural, la renta jurídica y los dividendos.
A su juicio, este comportamiento refleja una mayor actividad económica formal y un esfuerzo de la administración tributaria por fortalecer los mecanismos de control y fiscalización.
Panamá registró una mejora interanual en la recaudación tributaria durante 2025, pero se mantiene por debajo de la meta presupuestaria. Al cierre preliminar de octubre, los ingresos tributarios acumulados alcanzaron $5,213.9 millones, un aumento de 15.2% frente al mismo período de 2024, aunque con una brecha de $1,156.6 millones respecto a lo presupuestado, según la Dirección General de Ingresos (DGI).
En cuanto a los ingresos corrientes del Estado, estos totalizaron $6,458.6 millones acumulados a octubre, lo que representó un crecimiento de 13.9% interanual, aunque quedaron $2,132.3 millones por debajo del presupuesto. Solo en octubre, la recaudación tributaria en efectivo sumó $460.3 millones, un alza de 25.2% frente al mismo mes de 2024, pero con un déficit mensual de $.141.9 millones respecto a la meta establecida.
No obstante, el especialista subrayó que el crecimiento no ha sido suficiente para alcanzar las metas presupuestarias, lo que ha derivado en déficits relevantes frente a lo proyectado. Esta situación, añadió, evidencia debilidades en la planificación fiscal y en la estimación realista de los ingresos del Estado.
De cara a 2026, Mitre considera que el principal reto será lograr una sostenibilidad fiscal sin afectar la competitividad del país.
Panamá, explicó, enfrenta presiones internas y externas para incrementar sus ingresos, pero cuenta con un margen de maniobra limitado si busca mantener el principio de territorialidad, atraer inversión y preservar los regímenes especiales que sostienen el empleo y la actividad económica.
En este contexto, el experto planteó que la gestión tributaria del próximo año deberá concentrarse en cerrar brechas reales de evasión, optimizar el uso de herramientas tecnológicas —como la factura electrónica, el análisis de datos y los cruces de información— y evaluar los incentivos fiscales con criterios técnicos.
“El mayor desafío para 2026 será lograr sostenibilidad fiscal sin erosionar la competitividad del país. Panamá enfrenta presiones internas y externas para aumentar ingresos, pero su margen de maniobra es limitado si se pretende mantener el principio de territorialidad, atraer inversión y preservar regímenes especiales que sostienen empleo y actividad económica”, expresa Mitre.
Sostiene que la gestión tributaria del próximo año deberá enfocarse en cerrar brechas reales de evasión, optimizar el uso de la tecnología (factura electrónica, análisis de datos y cruces de información) y evaluar incentivos con criterios técnicos, evitando reformas apresuradas que sacrifiquen la estabilidad por una recaudación de corto plazo.
Advirtió que reformas apresuradas, orientadas únicamente a una mayor recaudación de corto plazo, podrían poner en riesgo la estabilidad y el crecimiento económico del país.

