El anuncio de la imposición de un arancel del 50% a las importaciones de cobre por parte de Estados Unidos comienza a impactar a los mercados productores de este mineral, así como a los precios a futuro.
Esta semana, los precios del cobre han experimentado incrementos. El pasado martes, con solo el anuncio de Trump, los contratos de futuros del cobre subieron 13%, lo que representa el mayor aumento en un solo día desde 1968, marcando un cierre récord de 5.69 dólares por libra, según Dow Jones Market Data reseñado por la agencia EFE.
En América Latina, los principales países productores y exportadores de cobre son Chile, Ecuador, Perú, Argentina, México y Brasil. Panamá formaba parte de esta lista y representaba el 1.5% de la producción mundial anual, hasta octubre de 2023, cuando se paralizaron las exportaciones de concentrado de cobre, y posteriormente se detuvo la actividad en noviembre del mismo año.
Actualmente, la participación de América Latina en la producción mundial de cobre es la siguiente:
Chile: 23%
Perú: 10.5%
México: 3.8%
Brasil: 1.9%
Argentina: 1.4%
Ecuador: 0.9%
Estados Unidos es uno de los principales compradores, junto con los países de la Unión Europea, China y otros mercados.
Brasil, según reseña EFE, teme una caída de la producción y un aumento del desempleo en caso de que el arancel del 50% anunciado por EUA a sus exportaciones entre en vigor, si bien el país cuenta con otros socios comerciales a los que recurrir para suavizar el impacto.
El impacto no solo de la aplicación del 50% de arancel al cobre de Brasil sino a otros productos que exporta ese país hacia Estados Unidos se estima en una caída de 13,000 millones de dólares para el año 2026, según cálculos del banco de inversiones BTG Pactual citadas por EFE.
Desde Chile, Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining —firma que provee servicios de inteligencia de negocios y análisis estratégico sobre la industria minera y mercados de commodities— declaró en entrevista con La Prensa que aún se deben esperar los detalles del anuncio de Trump, ya que no se ha especificado si se aplicará un arancel único para todos los productos o si habrá uno diferenciado para concentrado de cobre, productos semielaborados o chatarra.
“Se debe esperar igualmente para entender si el arancel será aplicado a todos los países del mundo o si habrá diferencias por distintos mercados”, expresó Guajardo.

El experto indicó que el primer análisis sugiere que no habrá un impacto mayor en los países productores, sino en el propio Estados Unidos, que depende de las importaciones y no tiene capacidad para autoabastecerse en al menos los próximos diez años.
“Estados Unidos necesita principalmente cobre refinado y no tiene capacidad en el corto plazo de autoabastecerse. Por lo tanto, si no hay discriminación entre países con este arancel, lo más probable es que los consumidores estadounidenses continúen importando las mismas cantidades. Ahora bien, es posible que el cobre se encarezca y haya un impacto de menor demanda que podría afectar el mercado internacional”, añadió.
Según datos del US Geological Survey citados por el Consejo Minero de Chile, la producción de cobre de Estados Unidos fue de 1.1 millones de toneladas el año pasado, mientras que el consumo interno de cobre refinado alcanzó los 1.6 millones de toneladas. De esa cantidad, Chile aportó el 36%.
Guajardo también recalcó que el cobre es uno de los metales más apetecidos del mundo, por lo que si Estados Unidos deja de comprar, es probable que se desvíe hacia mercados asiáticos.

Además, señaló que, ante el temor del arancel, los consumidores estadounidenses compraron y acumularon inventarios en la primera mitad del año.
“Se anticipó mucha demanda en la primera mitad del año y los precios se han mantenido altos. Es posible que, una vez entre en vigencia el arancel, los precios tiendan a disminuir temporalmente hasta que se consuman los inventarios”, sostuvo.
El precio del cobre se ubicó este jueves 10 de julio en 9,900 dólares por tonelada métrica, mientras que a principios de julio estaba en 8,500 dólares.
El analista también destacó que no se espera un impacto negativo en la producción ni en los proyectos de inversión minera en América Latina o el resto del mundo.
“El interés por el cobre y otros minerales útiles para la transición energética va a seguir siendo muy fuerte. No creemos que el proceso en Estados Unidos detenga la inversión y producción minera. Podemos esperar una reorganización de los flujos comerciales, pero no un freno al desarrollo minero”, explicó Juan Carlos Guajardo.

Efecto en Panamá
Al dejar de producir y exportar, Panamá ha perdido 2,970 millones de dólares este año debido al alza de los precios del cobre, según la Cámara Minera de Panamá, que también informó que se han dejado de pagar 375 millones de dólares en impuestos y se ha registrado un impacto económico indirecto de alrededor de 700 millones de dólares, para un total estimado de 3,800 millones de dólares en pérdidas.
“El alza de los aranceles de Estados Unidos busca reforzar su industria interna. Panamá debería en un futuro pensar en la industrialización del cobre”, opinó Roderick Gutiérrez, presidente de la Cámara Minera de Panama.

