La intensificación del conflicto en el Mar Negro durante diciembre de 2025 ha elevado los riesgos para la seguridad de la navegación y el comercio marítimo internacional, en medio de una serie de ataques con drones, operaciones contra buques estratégicos y un aumento de la tensión regional.
Ante este escenario, el secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Arsenio Domínguez, emitió el 16 de diciembre una declaración en la que exhortó a todas las partes involucradas a abstenerse de atacar a marinos, trabajadores portuarios y buques mercantes.
“El transporte marítimo no debe utilizarse como garantía en situaciones geopolíticas y se está produciendo un aumento del riesgo medioambiental”, advirtió el jefe del organismo.
Domínguez reiteró además su disposición a respaldar cualquier iniciativa de negociación que permita mantener el comercio marítimo internacional, subrayando que su continuidad es clave “en beneficio de todos”.
La advertencia de la OMI se produce en un contexto de escalada militar significativa en la región. El 15 de diciembre, Ucrania aseguró haber dañado un submarino ruso equipado con misiles de crucero Kalibr mediante el uso de drones submarinos conocidos como Sub Sea Baby, como parte de su ofensiva contra activos estratégicos de la flota rusa.
En paralelo, Turquía ha reforzado su papel de contención ante el aumento de la inestabilidad. El 16 de diciembre, la Fuerza Aérea turca derribó un dron que sobrevolaba el Mar Negro y que fue descrito como “fuera de control”. Además, el gobierno turco propuso un nuevo acuerdo de seguridad con el objetivo de proteger la navegación comercial, luego de incidentes que han afectado colateralmente a embarcaciones vinculadas a ese país.
Otro foco de tensión es la denominada “flota fantasma” rusa, integrada por petroleros que eluden sanciones internacionales. En las últimas semanas, varios de estos buques han sufrido incendios o ataques en aguas internacionales del Mar Negro, en lo que analistas describen como una campaña activa contra este tipo de transporte.
Rusia, por su parte, informó el 17 de diciembre del derribo de más de 90 drones ucranianos en una sola noche sobre regiones del Mar Negro y el Mar de Azov, lo que evidencia la magnitud de los enfrentamientos aéreos no tripulados en la zona.
La escalada también mantiene en vilo al comercio mundial de granos. Si bien las exportaciones rusas por vía marítima registraron un crecimiento en noviembre, los ataques recíprocos en puertos clave como Odesa continúan poniendo en riesgo la estabilidad del suministro global de cereales.
En este contexto, la OMI insiste en la necesidad de preservar la seguridad marítima y evitar que el conflicto derive en una crisis mayor para el comercio internacional y el medio ambiente marino.

