Hazañas y sueños



Darlene Kahn ahora le enseña a sus hijos los secretos del tenis. Han pasado 25 años desde que colgó su raqueta, pero aún ostenta ser la primera y única mujer panameña en posicionarse dentro del ranking mundial de este deporte.

Su juego agresivo, dominio de la cancha y saque casi perfecto la dejaron pronto sin oponente en Panamá, teniendo que jugar contra los hombres para mantenerse en forma, de hecho, se retiró sin perder un partido.

Casada, de 51 años de edad y con dos hijos, Gustavo y Esteban Gutiérrez de 17 y 15 años, respectivamente, comenta que el tenis nacional ha tenido un retroceso debido a que ya no se hacen tantos torneos aficionados ni profesionales como en sus tiempos.

Su época fue dorada, como ella la califica.

“Todos los fines de semana yo estaba en un torneo. Había ambiente de tenis, era como una ola que se fue achicando con el tiempo”, destacó Kahn mientras advierte que la tendencia actual es la de jugar el tenis social.

Para ese año (1990) estaban jugando en la categoría masculina Chad Valdés, Jorge Sauders, Marcos Peralta y Alfredo Fawcet y enseñaban los entrenadores ecuatorianos Edwin y Hugo Espinosa. “Con algunos de ellos me enfrenté y entrené”, agregó.

Actualmente tiene 24 años de estar trabajando en el Canal de Panamá, donde se desempeña como gerente de proyectos de tecnología, departamento que tiene como objetivo principal dar a conocer las estadísticas que se utilizan en la toma de decisiones sobre nuevos negocios.

“Aportamos para que los analistas pudieran tener las estadísticas necesarias para hacer los estudios sobre la ampliación del Canal”, reveló Kahn, al destacar uno de los aportes más significativos en su labor.

SU CARRERA

Ella nunca ha dejado por completo el tenis, un deporte en el que pudo jugar en el campo profesional. Su carrera fue corta, solo duró tres años, pero estuvo marcada por hazañas y sueños.

“Desde que tenía 13 años quería jugar profesional y ser la número uno del mundo”, destacó la tenista panameña que compitió entre 1987 y 1990 en México, Estados Unidos, Sudamérica y Europa (Inglaterra, Francia y Holanda).

En los tres años en que participó con la élite del tenis mundial su mejor posición fue la de 468 en sencillos y 429 en dobles. Ninguna otra panameña la ha superado.

Durante estos torneos se encontró con tenistas de la talla de la francesa Marie Pierce y María Alejandra Vento, de Venezuela. “Debí jugar más, acepto que mi carrera fue corta y que tal vez pude dar más”.

La tenista panameña comentó que los gastos para participar en los torneos la obligaron a abandonar su aspiración de llegar a ser la número uno.

En una visita a la academia de Chris Evert recibió un gran elogio. Un instructor la observó jugar contra Clare Evert, hermana menor de Chris, y al final del partido le ofreció quedarse para que en dos años cumpliera su sueño de ser la número uno del mundo.

“En ese tiempo estaba estudiando y en una decisión familiar tuve que optar por mi carrera”, explicó.

Kahn participó en múltiples torneos juveniles como los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Tenis Juvenil (Jitic), logrando siempre alcanzar semifinales o finales. A los 14 años ganó el título de la versión que se desarrolló en República Dominicana.

“Para tener un buen nivel en tenis tienes que jugar todo el año y seguido. Viajaba sola, los apoyos escaseaban y tampoco tenía entrenador, un miembro necesario en una categoría de grandes ligas”, explicó.

“Aquí (Panamá) no tenía rival, tenía que jugar en los torneos masculinos para mantenerme en forma”, reveló Kahn, que arrancó su carrera en el tenis con el pie derecho a los 13 años, proclamándose campeona nacional en todas las categorías y desde ese momento se mantuvo invicta hasta que se retiró.

beca universitaria

En 1983, Lynn University le ofreció una beca para jugar y estudiar ciencias computacionales y durante los cuatro años de la carrera fue la jugadora número uno del equipo.

Además su universidad la condecoró por ser la mejor atleta y ubicarse de número dos en la NAIA (National Association of Intercollegiate Athletics).

A finales de mayo de 1986 la tenista panameña se gradúa y la distinguen como la jugadora más valiosa y atleta del año. También fue nominada para formar el All American Team en sencillos.

En ese mismo año gana el campeonato South Rolex Regional Championships, donde competían las mejores tenistas colegiales del Sur de Estados Unidos.

El galardón le dio la oportunidad de participar en el torneo nacional estadounidense, donde ocupó el tercer puesto.

En la temporada de 1986 terminó con un balance de 22 partidos ganados y 2 perdidos en el tenis colegial de Estados Unidos.

Después de graduarse a los 21 años, comenzó su carrera profesional y en 1987 tras jugar sus primeros torneos en México y Florida, logró entrar en el ranking mundial y se situó en el escalafón 550.

NO OLÍMPICA

Con todos estos créditos la jugadora aspiraba a representar a Panamá en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, pero su petición fue negada.

“Deseaba representar a mí país y me sentía preparada”, comentó Kahn. “Llegué a Panamá y me dieron la noticia de que no iría a Seúl. Fui a pelear al Comité Olímpico y salí decepcionada”.

En los finales de su carrera terminó jugando torneos de 75 mil dólares en Brasil y fue contratada por un club de tenis en Holanda por un mes, con el que ganó un torneo interclubes.

Kahn se retira en 1990, pero siguió jugando solo en Panamá. Las lesiones la alejaron de la cancha al sufrir una ruptura del tendón de Aquiles del pie de derecho.

Luego fue entrenadora en su propia academia y ahora está dedicada a enseñarles a jugar a sus hijos el deporte que le abrió puertas y le permitió codearse con las grandes.

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