El hecho de que en Panamá nada se vende en números enteros y que al país le cueste millones de dólares comprar centavos, crea la necesidad de que esta moneda continúe circulando en la economía y que no termine almacenada en una alcancía o tirada en cualquier lugar.
Según fuentes oficiales, en el año 2008 se hizo la última acuñación de monedas de un centavo a un costo de $100 mil.
Tan solo la semana pasada, el pleno de la Asamblea Nacional aprobó en tercer debate el proyecto de ley No. 224, que autoriza la acuñación y emisión de monedas de circulación corriente en distintas denominaciones —incluida el centavo— por un valor nominal de $37.2 millones, a partir del año 2016 al 2019.
Este programa de acuñación fue presentado por el Ministerio de Economía y Finanzas con el fin de reducir la importación de estos metálicos de Estados Unidos (EU). Según informes del Banco Nacional de Panamá (BNP), en el último quinquenio se pagó cerca de $20.4 millones para traer monedas de la Reserva Federal de EU y se canceló una suma de $1.5 millón en gastos de embalaje y transporte.
Pero el hábito de depositar los centavos en alcancías o deshacerse de ellos ha creado una baja circulación, casi al punto de la escasez.
En los comercios es donde más se siente el efecto. Se ha vuelto costumbre que algunos negocios no cobren unos cuantos centavos, cuando entregan la facturas a sus clientes, mientras que otros quedan en deuda con los consumidores que adquieren productos o servicio.
“Es incorrecto por parte de los comerciantes decir que no hay centavos, te lo debo o dónelo. El deber de los comerciantes es entregarlos, pero el panameño no protesta porque el centavo es de escaso valor y acepta pasivamente lo que le dice el cajero”, aseguró el economista Rolando Gordón.
Aunado a esta situación, los mismos consumidores han optado por no llevarlo consigo en sus carteras y bolsillos. Ocupan espacio, pesan y su baja denominación no lo hace atractivo. No obstante, muchas veces se hace necesario para completar una transacción comercial.
El catedrático Gordón destaca que no hay que olvidar que el dólar está dividido en 100 partes, siendo el centavo la unidad monetaria más pequeña, que se hace necesario para realizar las transacciones de compra y venta de mercancías.
Algunos comercios —como los de comida rápida— han optado por cobrar sus productos a precios que no involucren denominaciones de centavos.
Para Rolando de León de Alba, gerente general del BNP, la entidad procura la existencia de esta moneda, pero insistió en que muchas personas optan por guardarla en alcancías o se deshacen de la misma por considerar que no tiene valor.
Esto “ocasiona un desabastecimiento ficticio al no circular la moneda como está previsto dentro del círculo comercial”, sustentó de León de Alba.
Sin precisar cifras, el gerente del BNP alegó que la entidad compra los centavos según cronogramas de demanda, la cual se define por el sistema financiero y el movimiento comercial del país.
“Como quiera que la acuñación es un proceso más largo se procede con la compra de esa moneda a Estados Unidos cuando hay demanda insatisfecha”, precisó el banquero.
Gordón insiste en que hay que tomar en cuenta que la economía panameña ha crecido y por tanto las transacciones del día a día son mayores, por lo que considera que el Estado debe acuñar más centavos.
