Las políticas proteccionistas que pesan sobre el negocio del azúcar impiden desarrollarlo de forma competitiva en Argentina, uno de los mayores productores agrícolas del mundo, dijo el presidente ejecutivo de Adecoagro, S.A.
La compañía, fundada por argentinos, pero que tiene su sede en Luxemburgo, genera buena parte de su negocio en Brasil -el mayor productor y exportador mundial del edulcorante-, donde produce azúcar y etanol a base de caña, un proyecto en el que ha invertido mil 200 millones de dólares en la última década.
“Argentina tiene competitividad natural, pero tiene que cambiar muchas cosas. El sistema está muy anticuado frente a lo que es Brasil”, dijo Mariano Bosch, cofundador y presidente ejecutivo de Adecoagro.
“Hay un montón de regulaciones del azúcar que no te permiten ser competitivo, porque el azúcar está protegida desde hace 20 años”, dijo el ejecutivo e ingeniero agrónomo.
Argentina aplica aranceles a la importación de azúcar. Brasil quiere incluir el cultivo en la lista de insumos libres de arancel del bloque Mercosur. Pero el Gobierno argentino, pese a su fuerte apoyo a las medidas de apertura comercial en la región, se resiste, ya que sus productores consideran que no están en condiciones de competir. El gobierno del presidente Mauricio Macri ha dicho que en tres años podría duplicar el porcentaje obligatorio de mezcla de etanol -producido a base de maíz o caña de azúcar- en combustibles, que actualmente es del 12%. “Eso claramente sería un signo positivo para ese tipo de negocio, donde se equipara con Brasil. Si vos podés equiparar con Brasil, ahí empieza a ser un nivel competitivo”, dijo Bosch.
