Tras 75 días de intervención, la historia del Banco Disa termina con una liquidación forzosa.
En medio de la expectativa de los empleados, entradas y salidas de funcionarios, a las 3:30 de la tarde de ayer, habiendo transcurrido el plazo máximo que permite la ley, la Superintendencia de Bancos selló el destino del Disa con la resolución SB-No. 03-2002.
A partir de esa hora, el banco se encuentra en liquidación administrativa, la cual estará a cargo de Olegario Barrelier, Gustavo Pérez y Eduardo Pazmiño, quienes habían fungido como interventores desde el 2 de noviembre de 2001.
Desde el 31 de diciembre de 2001, los hoy liquidadores del Disa habían recomendado esta medida.
Quince días después, y pese a que hubo interés de algunos inversionistas extranjeros, no se recibieron propuestas serias y verificables que sugieran la posibilidad de recapitalizar adecuadamente el banco a través de la inyección de nuevos fondos, cita un extracto del informe de los interventores.
Agrega, además, que solo se recibieron tanteos preliminares con el fin de obtener información acerca del banco, sin que existiera ningún compromiso real de los proponentes.
En tal sentido, según el informe, no es posible recomendar una reorganización del banco, mediante su venta a otros inversionistas.
Durante el período de liquidación, tampoco se recibieron indicaciones de los accionistas que hagan suponer que existe la intención de recapitalizar Banco Disa en un monto suficiente para restituirlo como empresa financiera viable. Por ello, no es posible que se recomiende su devolución a la administración y control de sus antiguos dueños, indica el informe.
Siendo así, la única alternativa es la liquidación forzosa, basada en las condiciones financieras del banco al 30 de noviembre de 2001.

