‘Timeline’ fotográfico (un contexto histórico)



En el año 1900, la Kodak sacó la primera cámara digital personal, llamada la Brownie. En su momento, la Brownie fue una revolución total porque te permitía tomarte, por primera vez, tus propias fotos.

Antes de eso, tenías que contratar a un fotógrafo profesional que venía con una cámara que era toda una maquinaria y tenía que hasta explotar un bombillo para tomar flash. La Brownie logró que tomar fotos dejara de ser un proceso casi que exclusivo y pasaba a manos comunes por primera vez.

En el año 1948, Edwin Land lanzó la primera cámara instantánea, que luego pasarían a conocerse como las Polaroid. En 1975, un ingeniero de la Kodak le presenta a la junta directiva la tecnología necesaria para armar la primera cámara digital.

La junta directiva rechaza esta loca idea alegando que ellos estaban en el negocio de papel fotográfico y que una movida como esa, sería dispararse en el pie. Sin embargo, proceden a lanzar su versión de la cámara instantánea, intento comercial que termina en una demanda de Polaroid por robo de tecnología patentada. Después de 10 años, Polaroid gana la demanda por 12 mil millones de dólares.

No es hasta 1991 que logran su pico de ventas. En 2001, la Polaroid se declara en bancarrota.

En el año 2007 aparecen los primeros smartphones; popularizando, entre otras cosas, su cámara integrada. Por primera vez, la cámara de los smartphones no era la mejor en el mercado, pero la facilidad de estar desde nuestro dispositivo celular hizo posible ese tradeoff. Sin embargo, las cámaras integradas han sido siempre una característica tan popular de los smartphones que se han ido mejorando en calidad de imagen y capacidad de lente, con el tiempo. Especialmente desde el lanzamiento de redes sociales como Instagram en 2008.

A mediados de septiembre de este año (la red social antes conocida como) Snapchat pasó a ser oficialmente, Snap Inc. En esta transición Snap Inc. se reposicionó como una compañía de cámaras. Explica el experto costarricense en redes sociales Rogelio Umaña que de alguna manera Snapchat siempre fue una compañía de cámaras al abrir directamente en la herramienta de cámara, a diferencia de Facebook o Instagram, por ejemplo. Esta transición fue acompañada por el lanzamiento de su nuevo producto: los Spectacles.

Los Spectacles son un par de lentes de sol con cámara integrada. Este par de lentes se sincronizan a tu cuenta de Snapchat para pasar vía Bluetooth o wifi todo lo que grabes al apretar el pequeño botón sobre el lente izquierdo. Los Spectacles filman en 115 ángulos, lo que te permite girar tus videos para verlos en vertical u horizontal. Los Spectacles han estado “medio” disponibles desde noviembre, ya que se pueden conseguir solamente a través de Snapbots, máquinas expendedoras especiales, que han colocado temporalmente en algunas ciudades de Estados Unidos con cantidades limitadas de lentes. Se podrán imaginar las filas. (De horas y horas, por si acaso no se lo imaginaron).

La evolución de las cámaras, de las maneras de documentar nuestra humanidad, ha sido un proceso continuo de democratización. Democratización de captura, de velocidad, de ubicuidad. Esta movida de Snap Inc. con los Spectacles es interesante, porque aunque es un regresar de lo digital a lo tangible, parece el primer movimiento de una compañía digital para ofrecer una herramienta tangible a sus suscritores; para ayudarlos a crear y no solo difundir contenido visual. Esto ocurre cuando el diccionario Oxford escoge post-truth o posverdad como la palabra del año, haciendo referencias a las circunstancias bajo las cuales las creencias personales tienen más impacto que los hechos objetivos para moldear la opinión pública. Esto ocurre el año cuando reconocemos que Facebook está plagado de noticias falsas y que debemos hacer algo al respecto para impedir la difusión de desinformación.

La democratización, el movimiento de pocos a muchos, ha avanzado siempre nuestra historia humana. Nos tenemos que preguntar si será igual en la era digital o si el usuario común debe reconocer un grado de responsabilidad que antes solo tenían las corporaciones de medios tradicionales. Los dejo pensando en esto hasta el próximo lunes, cuando escribiré más acerca del enorme problema de la posverdad y las noticias falsas.

LAS MÁS LEÍDAS