La competitividad, la institucionalidad, la calificación del capital humano, la digitalización y la promoción del país son algunos de los factores necesarios para impulsar el atractivo del país como receptor de inversión extranjera directa (IED)
Así se desprende de unas respuestas ofrecidas por el Centro Nacional de Competitividad (CNC) a este medio con motivo del último dato de flujo de inversión extranjera directa al país, que cayó en 2020 a $588.7 millones, es decir, 86.4% menos que el registrado un año antes.
Para remontar este dato, el CNC plantea la necesidad de un esfuerzo articulado para la promoción del país con inversionistas, así como el desarrollo de capacidades y competencias sectoriales.
Además, se debe “contar con reglas del juego claras; fortalecer el marco legal asociado a la transparencia, ética y corrupción; capital humano calificado; simplificación y digitalización de procesos y trámites; Asociaciones Público-Privadas y revisar el Código Laboral”, sostuvo Irvin Halman, presidente del CNC.
Recordó que, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se requiere fortalecer la competitividad de los países para captar inversiones extranjeras y por eso el CNC da seguimiento “muy cercano, en conjunto con las entidades gubernamentales, a los factores que inciden en los indicadores de competitividad del país”.
La captación de inversión extranjera es importante porque genera empleo y eleva la capacidad productiva, además de propiciar la transferencia de conocimiento y tecnología.
Pero, según el CNC, la capacidad de los países de apropiarse de estos beneficios está ligada a condiciones, como el nivel de formación de la fuerza laboral y la competitividad de la industria local, entre otras.
En 2020, la caída de la IED respecto a 2019 fue de $3,731.7 millones. Según el reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censo, el resultado estuvo influenciado por las actividades de los sectores Zona Libre de Colón y otras empresas, en un año marcado por la pandemia del nuevo coronavirus y las restricciones impuestas por el Gobierno para tratar de contener el virus.
En ejercicios anteriores, el principal componente de la inversión extranjera era la reinversión de utilidades. Es decir, que las empresas extranjeras afincadas en el país reinvertían sus beneficios en Panamá.
En 2020, ese componente tuvo un comportamiento negativo, lo que indica, según explicaron desde la Contraloría General de la República, que las empresas tuvieron pérdidas.
También se registraron caídas en los componentes de acciones y otro capital.
La caída de la inversión se debe también a la paralización de operaciones, de proyectos en ejecución y de proyectos culminados en el país, en sectores de la logística, telecomunicaciones y minería, sostuvo Roger Durán, analista económico del CNC.
El economista señaló que en los últimos años se produjo un debilitamiento de las inversiones en el mundo, en la región y en Panamá, situación agravada por la Covid-19.
“El impacto de la pandemia, las restricciones a la movilidad de las personas y la crisis económica se profundizó a lo largo del año 2020, lo que afectó el valor final de la IED en 2020 en comparación con 2019”.
Durán comentó en términos generales que la crisis actual impacta tanto la oferta como la demanda, lo que se traduce en una suspensión total o parcial de la actividad productiva.
Panamá, en concreto, ha experimentado un largo y estricto confinamiento que se tradujo en una de las contracciones económicas más profundas de la región y del mundo, con una caída del producto interno bruto del 17.9%.
