OPINIÓN. Contribuyente es “quien está obligado a soportar patrimonialmente el pago de los tributos (impuestos, tasas o contribuciones especiales) con el fin de financiar al Estado. Es una figura propia de las relaciones tributarias o de impuestos. Se determina y define en concreto de acuerdo con la ley de cada país. El contribuyente es, en sentido general, el sujeto pasivo en Derecho tributario, siendo el sujeto activo el Estado, a través de la administración” (Wikipedia).
La definición de contribuyente alcanza a toda persona física (más conocida como persona natural) o jurídica. Esta última nace mediante instrumento público a la que la ley le reconoce derechos y facultades para contraer obligaciones civiles y comerciales, y que ante una entidad pública tiene derechos y obligaciones derivados de los tributos. Igual se considera contribuyente a cada finca o propiedad inmobiliaria, por ser un bien con derechos y obligaciones propios e inalienables independientes de su propietario.
En nuestro Panamá, aunque con ciertas excepciones, el sistema tributario se impone y se perfecciona bajo el principio de territorialidad, sin importar la nacionalidad, domicilio o residencia de la persona. Bien podemos dividir a los contribuyentes en dos grandes grupos: los que tributan por medio de la retención obligatoria que debe entregar al fisco quien realiza la retención, y los que están obligados a presentar declaración de renta en forma voluntaria por obtener rentas o ingresos sujetos a impuestos. Veamos algunos ejemplos clásicos:
Los fideicomisos constituidos bajo la Ley 1 de 5 de enero de 1984, adquieren el carácter de contribuyente cuando obtienen rentas gravables y le corresponde al Fiduciario cumplir con todas las normas fiscales. El artículo 80 del Decreto Ejecutivo 170 de 1993, según la modificación introducida con el DE-98 de 2010, dice con toda razón y justicia que el Impuesto Sobre la Renta (ISR) se calculará de acuerdo a la tarifa que le corresponda según su naturaleza, ya sea la tarifa del artículo 699 para personas jurídicas o la tarifa del artículo 700 para personas naturales. Les cambiaron el ritmo.
Las fundaciones de interés privado, que aunque les está vedado efectuar actos de comercio bien pueden generar ingresos o rentas gravables en otras actividades no exentas. En tales casos quedan obligadas a declarar como cualquier contribuyente con la tarifa de personas jurídicas.
Las asambleas de propietarios de horizontes, a pesar de que nacen como personas jurídicas sin fines de lucro en virtud del artículo 47 de la Ley 31 del año 2010, también se convierten en contribuyentes al momento de recibir rentas no exentas y están obligadas a presentar declaración de rentas y pagar el ISR que se cause.
Los extranjeros que permanezcan más de 183 días corridos o alternos en un mismo año fiscal en el territorio panameño están obligados a someterse a las leyes fiscales de Panamá.
Las sucesiones califican como contribuyentes hasta cuando se efectúe la adjudicación de los bienes. En este caso los impuestos causados corren por cuenta de la herencia y deberán ser cubiertos por los herederos como una deuda de la sucesión.
Las cooperativas de ahorro y crédito o de profesionales también son contribuyentes sujetos al ISR cuando obtienen ingresos gravables al margen de su propia actividad. Un ejemplo de ello son los ingresos por alquileres que obtienen cuando arriendan locales.
