Con una economía debilitada por la paralización de las actividades productivas por siete meses, crece la incertidumbre ante el regreso gradual de las medidas de restricción si los casos de coronavirus continúan en aumento en el país.
Hace cinco días, las autoridades de salud dieron a conocer un plan de contingencia que plantea diferentes escenarios, dependiendo de lo que revelen cuatro indicadores epidemiológicos vinculados al control de la Covid-19.
El país podría entrar en cuarentena total los fines de semana o experimentar el cierre parcial o total de las actividades.
Esto, como una posibilidad, plantea un duro golpe que se traduciría en una aceleración del cierre definitivo de empresas mientras agoniza el empleo.
Así lo alertó Elisa Suárez de Gómez, presidenta de la Asociación de Ejecutivos de Empresa (Apede).
“El virus no se ha ido. Como ciudadanos no nos podemos relajar con las medidas de distanciamiento físico. Estamos poniendo en juego la salud económica de todo un país”, dijo Suárez, angustiada por el alza de casos y las empresas que ni siquiera han podido abrir desde que se ordenó la reapertura de los sectores en los que participan.
El aumento de los casos no responde a un rebrote del virus, como ha sucedido en Europa.
Los científicos han explicado que Panamá nunca suprimió la circulación del virus y estamos en lo que llaman una meseta de alta transmisión. En esta fase, sin el autocuidado, lo esperado es un repunte de casos a nivel comunitario.
El 9 de marzo se anunció el primer caso de la Covid-19 en Panamá. En el primer trimestre de 2020, la economía solo se expandió 0.4%
La cifra reflejó los efectos iniciales de la pandemia, al suspenderse algunas actividades económicas y contratos de trabajo en la segunda semana de marzo.
Para ese entonces no se había dimensionado el efecto letal del virus a nivel económico.
Hoy, el país espera las cifras macroeconómicas del segundo trimestre de este año, periodo en el que se vivieron los días más duros del confinamiento.
El dato suele publicarse el 15 de septiembre, pero la Contraloría General de la República está en mora con la cifra. No se ha dado ninguna explicación al respecto, solo que la cifra del PIB “se publicará próximamente”.
De acuerdo con la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, los datos del segundo trimestre apuntan a una caída superior al 20% en la actividad económica.
El presidente de este gremio, Jean-Pierre Leignadier, advierte que en los últimos meses diferentes instituciones, incluyendo a la Cámara, han desarrollado proyecciones del crecimiento económico, y el consenso es que el cierre prolongado de gran parte de los sectores va a producir una disminución de 12.5% del producto interno bruto (PIB) para este año.
La aplicación de nuevas medidas de confinamiento podría hacer que el deterioro sea aún peor, dijo Jorge Lara, presidente de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac).
Lara advierte que apenas un tercio del empleo en la industria de construcción se ha podido reactivar, y que las empresas arrastran deudas que podrían resultar impagables mientras el proceso de recuperación económica sea más lento.
A esto hay que sumar las cuentas sin pagar que mantiene el Estado con el sector privado, que en el caso de las constructoras llega a cerca de $300 millones, dijo Lara.
Lo que pasa en esta industria es un reflejo de lo que sucede en otros sectores.
Hasta finales de octubre de 2020 se reportaron 281 mil contratos suspendidos, de los cuales se han reactivado aproximadamente 80 mil como resultado de la apertura de actividades económicas.
Esto significa que apenas el 28% de los contratos suspendidos han sido reactivados.
La Cámara de Comercio señala que, de acuerdo con estadísticas del Ministerio de Trabajo, este año solo se registraron en la sede central de la entidad 39 mil contratos en el periodo de enero a agosto de 2020, muy por debajo de los 154 mil registrados en 2019, lo cual representa una caída del 71%.
Una situación similar se observa en las sedes regionales del ministerio, con una caída de 64%.
En este sentido, la Cámara de Comercio reafirma que la estimación es que la tasa de desempleo cerrará el año entre 20% y 25%.
Considerando esta proyección, a raíz del brote de la Covid-19 y la paralización de la economía por decretos ejecutivos, el país sumaría 385 mil nuevos desempleados a diciembre de 2020.
A esta cantidad de personas se deben agregar los 146 mil desocupados que existían en el país antes de la pandemia. Este será el reto más importante por enfrentar en 2021.
Para Leignadier, es positivo escuchar que se tiene un plan de contingencia frente a un aumento de casos producto de la reapertura; “sin embargo, recibimos la información al igual que el resto de la población, con algo de sorpresa. Habíamos escuchado en entrevistas a las autoridades mencionar que se estaba trabajando en este plan. Pedimos que nos incluyeran en la discusión. Y hasta donde entendemos, esto solo lo trabajaron las autoridades de salud”.
Los empresarios acentúan que vivimos una crisis que tiene tres ejes: el de salud, el de bienestar social y el de impacto económico.
“Las decisiones que se tomen sobre el manejo de la situación actual debe tomar en cuenta estos tres ejes y así deben participar las autoridades y los gremios correspondientes”, enfatizó Leignadier.
“Un plan debe abordar, como primer pilar, que se evite y restringa todo tipo de aglomeraciones respetando los derechos ciudadanos y las medidas debe tener un sustento técnico”, manifestó.
Lara, por su lado, espera junto a los dirigentes de los demás gremios empresariales, reunirse esta semana con las autoridades de salud para entender en detalle la aplicación de las medidas anunciadas.
Suárez advierte que urge un plan de reactivación económica.
“No que se reabran, sino que se reativen los negocios, con planes que vayan más allá de estímulos a la pequeña empresa. Sigue preocupando que solo 7 mil empresas de cerca de 20 mil estén abiertas”, dijo la presidenta de Apede.
