La temporada de cruceros terminó de forma abrupta para el turismo panameño, luego que las autoridades de salud prohibieran el desembarco de pasajeros en las terminales del país, en un intento de frenar la propagación del coronavirus.
El último crucero en desembarcar en Panamá fue el Monarch, de la naviera Pullmantur, que llegó el viernes 13 de marzo a Colón y cuyos pasajeros extranjeros serán enviados a sus respectivos países de origen.
En total, 400 panameños y 600 extranjeros desembarcaron de la nave. Al grupo de visitantes no nacionales se les envió a sus países vía aérea, a través del Aeropuerto Internacional de Tocumen.
En el barco todavía permanecen 1,300 colombianos, que deben navegar hasta Cartagena a bordo del Monarch.
Sería el último grupo en una situación como esta, ya que el Decreto Ejecutivo 472 del 13 de marzo de 2020 determinó suspender de forma temporal los embarques y desembarques de cruceros, minicruceros y yates procedentes de áreas de riesgo.
De acuerdo con la nueva medida, aquellas personas que por razones estrictamente necesarias tengan que desembarcar, deben mantenerse en observación y vigilancia por un periodo no menor de 14 días.
Con la prohibición de desembarque en puertos panameños, como medida de contención para frenar el brote de coronavirus, cuatro cruceros que estaban programados para llegar en marzo al puerto de Colón 2000, no podrán terminar su itinerario.
Esto significa que cerca de 8 mil pasajeros no llegarán al país, lo que representará una pérdida superior al millón de dólares, sin contar el gasto de los tripulantes y las compras que generalmente hacen las embarcaciones a proveedores panameños para abastecerse de bienes y combustible.
Las restricciones eran de esperarse ante la crisis sanitaria que tiene al mundo de rodillas.
Usualmente, la llegada de cruceros al país ocurre en octubre y termina en el mes de marzo, aunque en los últimos años la naviera Pullmantur ha optado por mantener un buque zarpando durante todo el año desde la provincia de Colón, para atender la demanda de viajeros latinoamericanos que buscan conocer las islas del Caribe.
Para la temporada 2019-2020 se esperaba la llegada de 200 embarcaciones, una cifra similar a la registrada en los años anteriores, convirtiendo a Panamá en uno de los destinos preferidos por líneas de crucero de Estados Unidos y de Alemania. Pero el brote de Covid-19 ha paralizado todos los frentes de la industria turística.
Además de atracar en el puerto Colón 2000, los cruceros también llegan al puerto de Cristóbal, en el lago Gatún y a la Calzada de Amador, en la ciudad de Panamá.
Se estima que la salida de cada crucero desde Colón 2000 representa una inyección económica de 750 mil dólares, lo que significaría que más de 1.5 millones de dólares no entrarán en la economía producto de las dos cancelaciones anunciadas por Pullmantur para el mes de marzo.
Los pasajeros que hayan comprado boletos en el crucero pueden cambiar su reserva para otras rutas en las que opera la empresa, en caso de no existir disponibilidad en los próximos viajes por el Caribe una vez se retome la operación desde Colón 2000.
Igualmente, anunció que devolverá los pagos que previamente hicieron los pasajeros en la compra de las giras que se realizan una vez llegan al destino del desembarque.
