Panamá está sentando las bases para convertirse en un centro regional en el mercado de finanzas sostenibles. Así lo manifestó Gema Sacristán, directora general de Negocios de BID Invest, el brazo del Banco Interamericano de Desarrollo que trabaja con el sector privado.
En el concepto de finanzas sostenibles se incluyen las llamadas emisiones temáticas, a través de las que se captan fondos para, en términos generales, invertir en proyectos que contribuyen a la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Dependiendo del uso final de los fondos, las emisiones se clasifican como de género, sociales, verdes o sostenibles.
Los bonos verdes son aquellos cuyo producto se utiliza para financiar proyectos verdes, es decir, que cuidan y respetan el medio ambiente. Los bonos sociales están enfocados a la inclusión financiera, educación, salud, vivienda, diversidad, entre otros, mientras que los bonos sostenibles engloban ambos conceptos.
Banistmo emitió en 2019 el primer bono social de género en América Latina, aunque esta transacción no pasó por la Bolsa. También en 2019, Cifi emitió el primer bono verde en Panamá.
Y esta semana Banco Promérica de Costa Rica fue protagonista del primer bono sostenible de Panamá y el primero de Centroamérica emitido por un banco.
La ejecutiva del BID explicó que la Bolsa de Valores de Panamá trabaja para contar con un mercado que permita emitir a empresas panameñas e internacionales, especialmente regionales en Centroamérica, pero también para que inversionistas tanto internacionales como locales compren este tipo de activos.
En esa hoja de ruta, la Bolsa ha entrado a formar parte del programa de socios del Climate Bonds Initiative, se ha sumado a la Iniciativa de Bolsas Sostenibles y ha firmado los Principios de Inversión Responsable.
En ese sentido, Olga Cantillo, gerente general de la Bolsa de Valores de Panamá, dijo que se está trabajando desde hace varios años en distintas iniciativas para crear un ecosistema completo de finanzas sostenibles y que próximamente se lanzará unas guías para el reporte y divulgación voluntaria de factores ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Un año después, se aspira a contar con un índice de sostenibilidad.
Cantillo dijo que “los inversionistas están haciendo llamados para que las empresas estén más comprometidas con los temas ambientales, sociales, la equidad, la inclusión, la transparencia y la gobernanza”.
Panamá aspira a convertirse en un hub regional de capitales y, según Cantillo, es importante contar con estos estándares internacionales. “En la medida que nosotros cumplamos con todo lo que tiene que ver con finanzas sostenibles y mejores estándares, vamos a atraer a los inversionistas”.
La emisión de Banco Promérica de Costa Rica fue por $10 millones, con un vencimiento a cinco años y un cupón de 4%.
BID Invest acompañó al banco en la estructuración y además aportó una garantía de 30%.
Sacristán explicó que esto hizo que la calificación de la emisión subiera, haciéndola más atractiva para los inversionistas.
Los fondos levantados en Panamá van a financiar proyectos verdes y la expansión de la cartera de pequeñas y medianas empresas del banco en Costa Rica.
Sacristán explicó que cada año, Promérica tiene que reportar cómo ha utilizado ese dinero obtenido, especificando los proyectos en que ha invertido, ya que este es un requisito para poder ser calificado como bono sostenible.
Cantillo adelantó que ya trabajan en el primer fondo de inversión sostenible y en otro bono verde de un emisor extranjeros.

