La fuerte contracción de la economía en medio de la pandemia del nuevo coronavirus y el lento y prolongado proceso de reactivación, unido al poco dinamismo global en el flujo de capitales, son algunos de los factores que limitaron la captación de inversión extranjera directa en los primeros meses del año, según economistas y analistas consultados por este medio.
Entre enero y marzo, la inversión extranjera directa en Panamá registró un saldo de $453.6 millones, lo que representa una disminución de $622.3 millones o 57.8% cuando se compara con el mismo periodo del año anterior.
En la comparación incide la irrupción y extensión de la pandemia del nuevo coronavirus, así como las restricciones que provocaron un desplome de la actividad, ya que la mayor parte del primer trimestre del año pasado transcurrió en la normalidad previa a la pandemia, mientras que el primer trimestre de 2021 estuvo afectado por la pandemia.
El componente más importante de la inversión extranjera suele ser la reinversión de utilidades, que en el primer trimestre de este año sumaron $450.4 millones, un 59.5% menos que el año anterior, lo que se puede explicar por reducción de ganancias de las compañías.
Ninoshka Tam, analista del Centro Nacional de Competitividad (CNC), señaló que la situación de Panamá es producto del “poco dinamismo de la inversión extranjera directa a nivel mundial”. Haciendo referencia al Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2021 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, apuntó que se espera que este año los flujos mundiales toquen fondo para luego recuperar entre un 10% y un 15%, lo que dejaría la cifra aún lejos de los registros anteriores a la pandemia.
“Es el reflejo del shock sin precedentes que representa la pandemia, la cual aumenta los riesgos y reduce la confianza de los inversionistas”, sostuvo.
En clave local, señaló que los resultados mostrados en el producto interno bruto del primer trimestre del año (-8.5%) son una muestra de que “aún no se reflejan grandes avances en la recuperación económica y que aún se mantiene afectada la oferta y la demanda”, aunque vaticinó un mayor dinamismo con la apertura de actividades y el avance de la vacunación.
El economista Felipe Argote, comentó que es difícil atraer a los inversionistas cuando el país tuvo uno de los peores desempeños económicos del mundo en 2020, ya que los empresarios buscan destinos donde haya dinamismo en la actividad económica.
El analista cuestionó la falta de una estrategia para darle un mayor impulso a la economía y reclamó “un cambio de rumbo” inmediato.
Rechazó el modelo de atraer inversiones ofreciendo exoneraciones fiscales porque así “vamos a crear empresas zombies que viven de subsidios e incentivos”.
Una de las apuestas de la actual administración es captar inversiones en el área de la manufactura pero, según Argote, esto tomará tiempo por la necesaria formación del recurso humano. Señaló que las ventajas competitivas del país y las mayores capacidades están en sectores como la logística, la banca y la construcción.
A su juicio, un imán para las inversiones podría ser la reactivación de la economía a través de grandes obras de infraestructura pública, que, sin embargo, han quedado rezagadas o postergadas. Esto se puede ver en el escaso progreso de la tercera línea del Metro de Panamá, en la reducción del alcance del llamado Corredor de las Playas o el nulo avance del cuarto puente sobre el Canal de Panamá.
El también economista Olmedo Estrada señaló que los inversionistas están esperando que la situación de los países se normalice lo más posible para tomar sus decisiones. En ese sentido, cuanto antes se recupere la normalidad en Panamá, más favorecida se vería en este contexto.
El que fuera presidente del Colegio de Economistas dijo que se deben poner en práctica inversiones a partir de los marcos legales existentes. Por ejemplo, la ley que creó el régimen de asociación público-privada (APP) fue aprobada en septiembre de 2019 y reglamentada en enero de 2021, pero a la fecha no se ha iniciado ningún proyecto bajo esta figura, cuestionó Estrada.
Además del impacto de la pandemia, Panamá vino perdiendo competitividad en los años previos, según distintos índices que miden el ambiente de negocio en los distintos países.
Para reforzar el nivel de competitividad del país y cambiar esa tendencia de caída en la entrada de inversión extranjera, Tam asegura que es clave fortalecer la institucionalidad, mejorando la percepción de corrupción; seguir capacitando al recurso humano para que cuente con las capacidades requeridas por las empresas, así como avanzar con mayor rapidez en la simplificación y digitalización de trámites.
Se refirió, además, a la importancia de reforzar políticas que restablezcan la confianza de los inversionistas, promover la estabilidad política, la estabilidad macroeconómica y mejorar los marcos regulatorios que tienen relación con la inversión extranjera directa.

