Los turistas volvían a hacer fila este sábado para embarcar en los cruceros de la bahía de Ha Long, en Vietnam, una de las más hermosas del mundo, que había cerrado el 12 de marzo a causa de la epidemia de Covid-19, observaron periodistas de la AFP.
A principios de mes, el régimen comunista de Hanói levantó las restricciones a los desplazamientos dentro del país y permitió el acceso a las playas y los lugares turísticos a los vietnamitas, con el objetivo de reforzar el sector turístico, muy afectado por la crisis.
Las fronteras, no obstante, permanecen cerradas.
Vietnam reaccionó rápidamente ante la epidemia y adoptó medidas de control de la población muy estrictas. De momento, se registraron 318 casos en el país, donde oficialmente no hubo ningún fallecido a causa del coronavirus.
En los cuatro primeros meses del año, los ingresos del turismo cayeron a 340 millones de dólares, una bajada internaual del 45%, según cifras oficiales.
Los puertos siguen cerrados a los viajeros extranjeros, pero las autoridades tratan de promover el turismo entre los nacionales, cansados tras las largas semanas de aislamiento.
Cientos de ellos se disponían ayer a subir a bordo de los barcos que recorren la bahía, incluida en la lista del patrimonio mundial de la Unesco, entre los famosos “karsts”.
“Es agradable poder viajar. Tenemos una gran selección de hoteles. Creo que, para nosotros, este es el mejor momento para viajar”, declaró a la AFP Phan Van Kien, procedente de Hanói.
Según dijo, tanto él como su familia se contentarán con viajar dentro del país lo que queda de año, pues los vuelos internacionales podrían seguir suspendidos mucho tiempo ante el riesgo de una nueva ola de contagios.
En 2019, Vietnam acogió a más de 18 millones de viajeros extranjeros, la gran mayoría provenientes de Asia.
El coste de la pandemia de coronavirus podría alcanzar los $8.8 millones de millones, o casi el 10% del producto interno bruto mundial, dependiendo de cómo avance la pandemia y del alcance de las respuestas de los gobiernos, según el Banco Asiático de Desarrollo (ADB, de sus siglas en inglés).
Un período de contención más corto, de tres meses, junto con fuertes medidas políticas, podría limitar el impacto a $4.1 millones de millones, o el 4.5% de la producción mundial, dijo el banco con sede en Manila en un informe el viernes. Se espera que la región de Asia-Pacífico represente alrededor del 30% de la disminución general de la producción mundial, señaló.
El análisis “destaca el importante papel que pueden desempeñar las intervenciones políticas para ayudar a mitigar el daño a las economías”, dijo el economista jefe de ADB, Yasuyuki Sawada, en una declaración.
Las nuevas estimaciones de costes superan en más de dos veces el rango de entre $2 millones de millones a $4.1 millones de millones que el banco de desarrollo ofreció en 3 de abril. Hay más de 4 millones de casos confirmados de coronavirus a nivel mundial y las muertes superan las 300,000 actualmente.

