Los vientos cambian, ¿y Panamá?



Todos hemos escuchado el anuncio anticipado, pero atemorizante, de la Reserva Federal. El banco central de Estados Unidos ha empezado a tantear las aguas económicas al circular anuncios de que reducirá el estímulo que muchos creen sostiene a la principal economía del mundo.

Enmarcado en esto, se ha previsto un creciente vuelco de los mercados crediticios globales hacia la deuda de Estados Unidos, atraídos por promesas de estabilidad y crecimiento a largo plazo. Esta realidad probable, además de un panorama de economías emergentes más competitivas luego de una década de crecimiento, es una señal poderosa de que los vientos están comenzando a cambiar su dirección.

Si Panamá desea sortear adecuadamente la próxima década, debe fijar su mirada en la veleta y vislumbrar cómo navegar en un oleaje muy distinto al actual, incluyendo comenzar a discutir la cultura de construcción y de crecimiento, apoyado por el gasto público, dentro de un marco de menor crédito disponible.

UNA REALIDAD QUE COMIENZA A CAMBIAR

El mundo no es el mismo desde 2006. Luego de que reventara la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos, la quinta economía del mundo, las finanzas globales rápidamente sintieron fuertes repercusiones.

Debido a la extrema complejidad de este suceso es imposible dar un resumen preciso de las causas y consecuencias del severo golpe, pero existe un consenso entre economistas que la ´disrupción´ a los mercados de crédito basados en Estados Unidos afectó los patrones de emisión global de deuda.

Este escenario turbulento propició varios años de incertidumbre económica en los mercados tradicionalmente conocidos como de ´primer mundo´. Y producto de esta desconfianza se comenzó a notar un importante vuelo de capital hacia las economías emergentes. Estas otorgaban una promesa atractiva de estabilidad financiera y crecimiento inevitable.

Por esta razón, Panamá tampoco es la misma después de 2006. El interés enorme por parte del capital internacional en mercados emergentes se notó en las estadísticas del país. El producto interno bruto (PIB), por ejemplo, creció durante la primera mitad de esa década a un promedio anual de 4.34%. La segunda mitad la cerró con un crecimiento promedio anual de 8.42%. El salto se nota más entre la tasa de crecimiento anual de 2007 (12.1%) y aquella del año anterior (8.5%).

De hecho, apenas en el primer semestre de 2007, la inversión directa extranjera creció un 19% en comparación al año anterior.

El sector bancario y el de valores también vieron cambios relevantes en las tendencias de crecimiento de su cartera mientras Panamá se beneficiaba por la intersección entre las oportunidades del país y el capital internacional disponible.

La presión de entrada de capital extranjero hacia Panamá fue capturada adecuadamente con la creación de la ley de empresas multinacionales que permitió al país servir como base del nuevo interés por empresas de capital global en América Latina.

Pero la realidad no es totalmente color de rosa. Gran parte de la expansión del capital de inversión fue producto de la decisión posterior a la crisis de la Reserva Federal de Estados Unidos de comenzar un proyecto masivo de estímulo a la economía de ese país. En este sentido, Estados Unidos ha tenido ruedas de apoyo a sus lados gracias a una amplia política de expansión monetaria. Ahora, la Reserva ha comenzado a dar luces de que las ruedas no permanecerán allí por tanto tiempo más.

El programa de la Reserva Federal, que produce una emisión de 85 mil millones de dólares mensuales en Estados Unidos, se ha convertido en un peso severo para ese Gobierno, además que economistas ya creen que la economía puede dispensar de sus apoyos.

Escribiendo para Quartz.com, el periodista Nandagopal J. Nair resume en cuatro puntos principales las nuevas mareas en la realidad de los mercados emergentes, fauna de la cual Panamá hace parte.

La data de junio revela que el mes fue el más lento para la venta de deuda de países de mercados emergentes, desde diciembre de 2008.

Un repunte en el interés por la deuda estadounidense podría recuperar muchos de los recursos destinados en el presente hacia las economías emergentes, utilizados principalmente para financiar proyectos de crecimiento en infraestructura y desarrollo social.

Citando a Moody´s, Nair explica que los costos de financiamiento hacia estas economías va en aumento, lo cual podría profundizar cualquiera disminución en el flujo de norte a sur. Haciendo referencia a data de Morgan Stanley, Nair también nota que las reservas internacionales de las economías emergentes han comenzado a disminuir desde junio del año actual. En estos últimos tres meses, las reservas de los bancos centrales de estas economías han caído por 81 mil millones de dólares. Esto sería producto del gasto de las mismas para comprar la moneda local, de tal forma que se mantenga su valor de tiempos de prosperidad.

Ahora, aunque Panamá es un animal propio y está aislado de muchos de estos fenómenos debido al uso del dólar, las señales todavía son relevantes para el país, ya que indicarían una futura lentitud en los mercados de crédito, esenciales para la salud actual del país.

TIEMPO DE CONVERSAR

La probabilidad de que la inversión extranjera al país –que en 2012 fue de un total de 3 mil 19 millones de dólares– se reduzca sustancialmente es remota.

Sin embargo, es inevitable que los mercados de crédito vean una reducción, lo cual pondría una presión sustancial sobre las políticas de desarrollo nacional a través de gasto público financiado con deuda.

Esto se debe no solo a la nueva política de reducción de estímulo de la Reserva Federal, sino también a la incorporación de regulaciones más apretadas sobre los mercados de crédito, incluyendo la aceptación por este mismo organismo de las reglas de Basilea III.

Bajo este nuevo marco de adecuación de liquidez, los bancos podrán vincularse con 13 dólares en activos riesgosos por cada dólar de capital. Bajo las reglas actuales, la relación es de 50 dólares de activos riesgosos por cada dólar de capital.

Panamá no ha salido sin ventajas de este período de expansión en la inversión. A la fecha, ha logrado financiar mediante líneas crediticias la expansión de su principal activo, el Canal de Panamá, además de la construcción de una primera línea para un metro capitalino y la reorganización vial en la ciudad.

Pero una contradicción económica se avecina entre las propuestas anticipadas de candidatos para el próximo período presidencial, basadas principalmente en aumentos en la cartera pública de subsidios e inversión a través de deuda, cuando el panorama que el mundo presenta es uno de consolidación y prudencia fiscal.

Con este lente, Panamá deberá intentar evitar caer en la trampa de pensar que la forma adecuada de manejar el crecimiento en esta década es la misma que aplicó para la década pasada.

LOS CICLOS DE PANAMÁ

4.34%

Promedio anual de crecimiento en la primera mitad de la década pasada.

8.42%

Promedio anual de crecimiento en la segunda mitad posterior a la crisis de Estados Unidos.

3,019

Millones de dólares en inversión extranjera directa en 2012.

9.6%

Aumento de la inversión extranjera directa entre 2011 y 2012.

LAS MÁS LEÍDAS