Tras una larga e intensa campaña, en dos días Colombia podrá elegir a quien conducirá los destinos del país por los próximos cuatro años.
El domingo se espera una jornada tensa por los “altos niveles de convulsión que ha afectado el clima de la campaña caracterizada por enfrentamientos, agravios, verdades a medias, pero sobre todo, ausencia de responsabilidad política en los hechos denunciados”, sostiene Patricia Muñoz, analista política y docente de asignaturas electorales de la Universidad Javeriana de Colombia.
Sin embargo, coincide con el columnista del diario El Espectador y periodista de Blu Radio Felipe Zuleta, eso no afectará el proceso en cuanto a orden público.
Donde podría complicarse el asunto, políticamente hablando, es cuando se den a conocer los resultados, ya que el expresidente Álvaro Uribe, que apoya al candidato Óscar Iván Zuluaga y se opone a su antes aliado y ahora enemigo Juan Manuel Santos, ha dicho que es posible que no reconozca la decisión electoral.
Eso, piensa Zuleta, “sería muy grave para la institucionalidad”. Es indudable, agrega Muñoz, “el daño que se hace a la democracia al poner en tela de juicio el papel de las entidades sobre las cuales se soporta el papel de las elecciones en la legitimidad de la democracia”.
Esta elección es trascendental porque de ella depende la continuidad de los diálogos de paz. Santos está a favor y Zuluaga lo condiciona a que los ilegales se rindan militarmente. Expertos han dicho que así no tendría sentido un proceso de paz.
La campaña ha estado caracterizada por “una polarización y guerra sucia sin antecedentes”, indica Zuleta.
En efecto, explica Muñoz, las campañas han estado repletas de publicidad negativa y sucia, así como de posibles actos delictivos. Se refiere a la supuesta incursión de dinero del narcotráfico a la campaña de Santos y el supuesto uso ilegal de información de seguridad nacional para la campaña de Zuluaga. Eso ha llevado a la reducción de espacio para el debate y, por tanto, al desconocimiento ciudadano de las propuestas.
COLOMBIA CON SANTOS
Pese a que hay cinco candidatos, las encuestas proyectan a Santos y a Zuluaga como los candidatos con más oportunidades.
Para Zuluaga, si Santos gana se firmaría la paz.
Otras ventajas si gana Santos, según Muñoz, son los indicadores económicos positivos durante su gestión y las relaciones positivas que ha tenido con otros países.
Zuluaga y Muñoz coinciden en la mayor desventaja que tendría el triunfo de Santos: que los senadores uribistas torpedeen las decisiones, por lo que, en palabras de Zuluaga, “la gobernabilidad será muy complicada y traumática”.
A eso, Muñoz suma el margen de gobernabilidad que tendrá Santos “en el marco de los múltiples acuerdos políticos con quienes ha necesitado para hacerse reelegir”.
COLOMBIA CON ZULUAGA
La mayor ganancia si ganara Zuluaga sería su “buena hoja de vida y el ejercicio de varios cargos públicos”, piensa la analista.
Sin embargo, menciona, preocuparía su independencia para gobernar o su papel de interlocutor de las decisiones de Uribe, así como el posible estancamiento del proceso de paz y los señalamientos hechos en su contra en la campaña. Las supuestas conversaciones que tuvo sobre temas de seguridad nacional, infiltración a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y a autoridades norteamericanas con un personaje que inicialmente había sido contratado para manejar las redes sociales y la seguridad informática de la campaña de Zuluaga podría poner en tela de duda su “responsabilidad política y ética”.
Zuluaga es más radical cuando analiza el escenario con Zuluaga como presidente. Para él, “el uribismo llegaría al poder con listas para vengarse sistemáticamente de todos los que han hecho oposición a Uribe”.
