En un nuevo golpe para una monarquía española que lucha por levantar cabeza, la justicia aceptó ayer examinar una demanda de paternidad contra Juan Carlos I, muy respetado durante décadas pero cuya imagen se degradó en los últimos años, hasta su abdicación en junio.
Los magistrados del Tribunal Supremo español, el único que puede juzgar al exjefe de Estado, “entienden que concurren los requisitos legales para admitir a trámite” la demanda presentada por la belga Ingrid Jeanne Sartiau, de unos 48 años, informó un portavoz.
Esta es la primera acción judicial admitida contra Juan Carlos, de 77 años. Y se suma a una serie de escándalos que golpearon recientemente a la monarquía, encabezados por la acusación de fraude fiscal contra su hija Cristina, de 49 años, en el marco de un gran juicio por presunta corrupción protagonizado por el marido de esta, Iñaki Urdangarin. Considerado durante décadas como el artífice del retorno de la democracia tras la muerte en 1975 del dictador Francisco Franco, quien lo había designado como su sucesor, Juan Carlos fue así perdiendo su prestigio, hasta abdicar el 18 de junio, con una popularidad bajo mínimos, a favor de su hijo, Felipe VI, de 46 años.
