El cerro conocido como la India Dormida, ubicado en El Valle de Antón, provincia de Coclé, se mantiene en la preferencia de los turistas extranjeros y nacionales, debido a su belleza natural, que para muchos constituye una forma de relajación.
Además, sirve para conocer los vestigios de un viejo volcán que se formó hace 15 millones de años, y en donde según la historia popular, se encuentra enclavada, en el cerro, la silueta de la india Luba, hija menor del cacique Urracá, jefe de una tribu de guaymies.
Para el guía turístico Orlando Muñoz la India Dormida tiene un estatus definido, empezando por los 500 turistas que lo visitan al año.
“Tiene la categoría de sitio natural tipo montaña, en donde se pueden realizar distintas actividades, como caminatas por senderos, fogatas, y acampar”, indicó Muñoz.
El guía turístico señaló que el acceso al cerro, para conocer cómo se tejió la leyenda de la infortunada Luba, es práctico, pues partiendo del mercado público se llega a los lugares que simulan los pies, brazo y cabeza de la hija menor de Urracá.
Una vez en la cima, se puede apreciar todo el poblado y la forma acordonada del cráter del viejo volcán, utilizando tan solo unos binoculares.
INTERÉS
Acomodado detrás de una fila de personas que buscan información sobre los importantes sitios naturales de esta región, el turista danés Hennry Gimm consulta un pequeño mapa que lo orienta, y en donde en un círculo aparece la montaña de la India Dormida.
A sus 49 años de edad, dice estar preparado para escalar la montaña, que alcanza aproximadamente 900 metros sobre el nivel del mar.
Ante este deseo, el guía Muñoz le indicó que el cerro es apto para escalarlo, aunque le advierte que necesita la ayuda de un guía, sugerencia que Gimm acepta, por seguridad.
“Deseo conocer el sitio y he llegado a El Valle de Antón por primera vez por recomendación de unas amistades, y tras haber leído algo sobre sus parajes”, comentó.
Michael Ducharme, presidente de la Cámara de Turismo de El Valle De Antón, sostiene que la biodiversidad, alojamientos, gastronomía, clima y los servicios de turismo de salud, entre otras, son las razones primordiales por las que anualmente crece la demanda por visitar este lugar.
“El Valle de Antón es la casa de muchas personas procedentes de más de 20 diferentes países”, afirmó.
