No cabe duda de que la Caja de Seguro Social ha sido y sigue siendo descapitalizada de distinta manera por el Gobierno central. Es lamentable que cuando el Gobierno nos habla del Fondo Fiduciario y de la adenda social, no haya pensado seriamente en reforzar y salvar las finanzas de la CSS que es la más importante y vital institución de servicio social y de salud.
La verdadera causa del descalabro económico de la CSS no está en la sábana (en los cálculos actuariales), sino en el mal uso y abuso de sus fondos por los gobiernos que han existido a la fecha.
1. Desde el comienzo, el Gobierno central ha tratado a la CSS como una caja menuda o como una reserva de capital, obligándola a financiar ventas de bonos especiales del Estado al 2% ó 3% de interés y como documentos no negociables o no transferibles.
Solución: Que los próximos bonos del Estado, de negociarlos con la CSS, sean por un interés más razonable como del 5 al 7% y que sean negociables con la protección del servicio de la deuda externa. En otras palabras, hasta ahora el Estado obliga a la CSS a que lo subsidie, en vez de subsidiar él a la Caja. El Estado debería renegociar de buena fe y retroactivamente y aceptar aumentar esos reducidos intereses anuales al 5% ó 7% y cuya diferencia se asignaría a los fondos del Programa de invalidez, vejez y muerte.
2. El Estado es el mayor moroso de la CSS, porque este se autofinancia no solo con las cuotas patronales que deja de pagar, sino con los cuotas que les descuenta a los empleados públicos. Esto no sólo sucede en el Gobierno central, sino también en las instituciones autónomas, semi-autónomas y descentralizadas del Estado y en todos los municipios. Esta práctica perniciosa de autofinanciarse a costilla de la CSS está acabando con la gallina de los huevos de oro.
Solución: El Gobierno central debe: a) Sumar todas las cuotas obrero-patronales que en la actualidad se deben a la CSS, incluyendo las de las instituciones autónomas y semi-autónomas, descentralizadas y los municipios, y refinanciar su pago en cinco años, al 6% de interés anual, es decir, 20% de la deuda anualmente o pagarlo con el Fondo Fiduciario. b) Que tanto los saldos morosos, como las cuotas mensuales, deben incluirse en las partidas del presupuesto fiscal anualmente, pero con las siguientes especificaciones y restricciones: 1) Que tales partidas no pueden transferirse ni darle otros usos, 2) Incluir además en la ley de presupuesto anual una autorización al MEF y a la Contraloría para que retengan dicha partida y remitan su pago automático, bimestralmente, a la CSS.
3) Que la CSS deje de subsidiar al Banco Nacional de Panamá. Por más de 60 años, el Banco Nacional ha sido subsidiado por esta institución, usando y negociando sus fondos por más de 8% al 14% sin darle nada.
Solución: a) Que el Banco Nacional le reconozca y pague a la CSS por lo menos el 50% de los intereses brutos vigentes que cobre, o sea, del 4% al 7% de interés a la CSS liquidables bimestralmente o b) Que se le permita a la CSS depositar sus fondos en otros bancos locales que le reconozcan intereses más razonables y proporcional al interés bancario vigente. Este nuevo interés o su incremento, debe acreditarse al fondo del Programa de invalidez, vejez y muerte.
4) Los cálculos actuariales de la CSS para los riesgos de enfermedad, gastos médicos, laboratorios, rayos X y hospitalización, se han visto afectados por la política social de que estas prestaciones se extendieran a los cónyuges y demás dependientes de los asegurados, lo cual ha resultado desastroso para la CSS por la irresponsabilidad del Gobierno central. a) Al aumentar sensiblemente la cantidad de beneficiarios de los asegurados, los gobiernos nunca subsidiaron a la CSS, todo lo contrario, se autosubsidió el Gobierno reduciendo las partidas de los centros de salud y hospitalarios del Ministerio de Salud y b) No conforme el Gobierno central con no subsidiar a la Caja, le cobra por el uso de las instalaciones hospitalarias y de los centros de salud por la atención no sólo de los asegurados (que realmente le corresponde a la Caja), sino por la atención al exceso de beneficiarios no asegurados, que realmente le correspondería atender al Ministerio de Salud.
Solución: a) El Gobierno central debe pagar a la CSS un subsidio adicional para la atención de la población de beneficiarios no asegurados (como dependientes de los asegurados), b) Que el Gobierno central deje de cobrar a la CSS por el uso de las instalaciones hospitalarias y centros de salud, construidos y financiados con los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, en especial los asegurados.
5) Como patrimonio de la CSS, la ley orgánica establece impuestos de fabricación, licores, cigarrillos, etc. Nada se dice sobre el presupuesto del Gobierno central en relación con el pago o reembolso a la CSS.
Solución: a) Lo que procedería es una auditoría general retroactiva para determinar cuánto adeuda el Gobierno central a la CSS en estos conceptos. En cuanto al monto total de la mora, el Gobierno central debe comprometerse a pagar a la CSS en cinco años con el pago del 1% mensual sobre saldo y b) Incluir en el presupuesto anual la partida estimada del monto de cada año, incluyendo el 2002 y el pago bimestral más 20% anual correspondiente, incluyendo la autorización o mandato expreso para el MEF y la Contraloría para que la descuenten automáticamente y remitan el pago a la CSS bimestralmente. Se sobreentiende que estas partidas son intransferibles y no se les puede dar otro uso.
6) Desde que se impuso el régimen de riesgo profesional a la CSS, ha tenido un superávit muy razonable. Además de la reserva de capital, el resto se distribuirá al 40% entre los programas de atención médica, laboratorios, rayos X, etc. Y el otro 60% se destinará al fondo del Programa de invalidez, vejez y muerte.
7) Nuevo gravamen de cuotas obrero-patronales sobre los gastos de representación.
El Gobierno central es consciente del excesivo abuso en dividir los salarios de los funcionarios de alta jerarquía, en altos porcentajes injustificados de gastos de representación para evadir el pago de las cuotas de la CSS, del Seguro Educativo y sobre la renta correspondientes. Son precisamente los ministros, viceministros, asesores, etc., y los gerentes y subgerentes de la empresa privada, los que económicamente están en mejores condiciones para contribuir más y efectivamente al principio de solidaridad con la CSS que es la base fundamental de nuestro sistema de seguridad social.
Solución: Que los más altos funcionarios del Gobierno actuales y futuros no se opongan al gravamen de cuotas de seguro social a los gastos de representación y, como un acto de transparencia y solidaridad, suspendan la ilegal actitud de evasión colectiva de las cuotas de la CSS.
Estas nuevas cuotas de la CSS sobre los gastos de representación deben destinarse a sanear el fondo de pensiones y jubilaciones.
Sólo así, con hechos y no con demagogia, se podrá sanear las finanzas actuales y futuras de la Caja de Seguro Social y, sobre todo, reforzar los fondos del Programa de invalidez, vejez y muerte, posiblemente por 15 ó 20 años más. Así, medio saneado el fondo, lo más probable es que los cálculos actuariales, partiendo de bases más sólidas y realistas, contemplen un aumento de cuotas menor y más accesible, y la necesidad del aumento de la edad de jubilación sea mucho menor y menos traumática.
