Recientes pronunciamientos políticos públicos y otros menos conocidos para la mayoría de los ciudadanos efectuados por la cúpula del PRD y de la propia candidata a la Presidencia de ese colectivo político, me obligan a reflexionar sobre una eventual derrota electoral, por supuesto en estos momentos todo depende de la “hoja de ruta” política.
Dice la Biblia en Jeremías 17-5: “Maldito el varón (o mujer) que cree en hombre…” Cita que viene como “anillo al dedo” de la aspirante presidencial del PRD a consecuencia de la desafortunada frase, “yo creo en él”, para referirse a Daniel Delgado Diamante, acusado supuestamente de homicidio.
Y decimos infeliz comentario porque opinar sobre un acontecimiento ocurrido hace 38 años, cuando ella era apenas una adolescente y sobre un hecho que lo más probable ignoraba, por decir lo menos, es un verdadero desliz político. Otra inapropiada declaración de la ex ministra de Vivienda fue la relativa a los Decretos Ley sobre seguridad nacional, leyes que “todo el mundo” sabe –a excepción de la pretendiente presidencial y su novísimo entorno- que fueron “made in USA” y nada o muy poco tienen que ver con los graves problemas de delincuencia común y de seguridad ciudadana.
A pesar de que la inseguridad pública es un hecho real y cotidiano, mucho más preocupante para los panameños de a pie lo es la inflación, y derivada de ésta el alto costo de vida. Sin embargo, para los estrategas de la campaña BH09, dicha realidad no cuenta, afirmación que se desprende del examen de los ejes temáticos de la campaña, a saber: salud, educación, descentralización, transporte y seguridad.
Mientras que para los panameños menesterosos y de capas medias bajas (entre el 59% y 61% de los encuestados percibe ingresos de 540 dólares o menos), de conformidad con la información revelada por las tres últimas encuestas publicadas por el diario La Prensa, las prioridades son otras, verbigracia, el alto costo de vida, la violencia callejera, el mal estado de la economía, el desempleo y la pobreza. Lo que indica que el programa electoral de Balbina Herrera estará orientado acontrapelo de la opinión del pueblo.
Adicionalmente, la tendencia reflejada en las encuestas dice mucho más de lo hasta ahora comentado en este escrito, por ejemplo, el verdadero candidato de los ricos que “camina en los zapatos del pueblo”, muestra una clara tendencia al alza, mientras la ingeniera Herrera se encuentra en el 34% del favoritismo del electorado, techo histórico del PRD.
No cabe duda que en la medida que se aproxime la fecha de las elecciones, las fuerzas políticas contendientes tenderán hacia la polarización. Rivalidad que se producirá entre el ultramontano y actor principal de la especulación salvaje que se da en la venta de los artículos de la canasta básica de alimentos; y la ¿centro derechista? ¿Socialdemócrata? Abanderada del partido de Omar. Por lo que resulta una ridiculez y estupidez política –al menos, para la postulada por el partido de Ascanio Villalaz Paz– la engañosa maniobra política delos contendientes reales del 3 de mayo de 2009 al procurar presentarse como lo que no son. El uno, como el típico delegado del pueblo y, la otra, como una centrada aristócrata. Nada más cómico y alejado de la realidad histórica social y política de ambas personalidades.
En síntesis, para ganar las elecciones presidenciales no solo se necesita mucho dinero y para algunos candidatos la bendición del Tío Sam. A mi modo de ver se necesita, sobre todo, los votos. Mínimo el 40% de los votos válidos y ese caudal electoral únicamente lo puede aportar –por razones obvias– el sector popular de los electores. ¡Así de sencilla es la cosa!
