Berlín. Las cosas no van bien para el minidisco. Creado originalmente por el gigante electrónico japonés Sony como sucesor del venerable casete de audio, estos soportes de datos digitales han tenido dificultades para conquistar un lugar en el mercado de medios de almacenamiento de datos.
Entre otros aparatos portátiles, los reproductores MP3 y los reproductores de discos compactos siguen disfrutando de mayor popularidad que los de minidiscos.
A escala mundial, las ventas de reproductores de minidiscos son mínimas frente a las de los CDs portátiles, en una proporción tres a cuatro veces mayor.
La impresión general es que el reproductor MP3 es la clave de las dificultades del minidisco, según Jochen Wiesinger, analista de la industria europea.
Sony, por razones obvias, se reserva las razones de las malas ventas del minidisco y se limita a destacar las zonas donde el minidisco es superior. Los minidiscos en un tamaño son la mitad de los CD tradicionales, y, por tanto, los reproductores son también más compactos.
El minidisco ofrece también ventajas sobre el MP3. Un paquete de cinco minidiscos, cada uno capaz de almacenar hasta 74 minutos de música, se vende a alrededor de ocho dólares. Una tarjeta de 16 megabytes (MB) para un reproductor MP3 cuesta alrededor de 38 dólares y ofrece solo treinta minutos de música.
Tal como ocurre con las fichas MP3, los minidiscos comprimen las fichas de música que almacenan. Para guardar en estos pequeños discos la mayor cantidad de música posible, se utiliza el procedimiento llamado ATRAC (Adaptive Transform Acoustic Recording), que reduce el tamaño de los datos a un quinto de su volumen normal.
La compresión consiste en eliminar determinadas frecuencias inaudibles para el oído humano. Y no se nota diferencia alguna frente a un CD, explica Herbert Noll, editor del grupo alemán de defensa del consumidor Stiftung Warentest. "Solo quienes saben exactamente dónde poner atención pueden decir que lo que están oyendo es un minidisco".
Una ventaja del MP3 sobre el minidisco es la disponibilidad de música. La música MP3 puede hallarse gratuitamente en internet. Al contrario que los reproductores MP3, sin embargo, los reproductores de minidiscos no necesitan una computadora para transferir música al aparato portátil. La mayoría de los reproductores de minidiscos ofrece ingreso análogo y aún digital para transferir música desde reproductores de CDs. Y los cables necesarios vienen también incluidos.
A quienes desean tener un reproductor de minidiscos, pero no se interesan en comprar un grabador de minidiscos adicional, Noll les aconseja adquirir una grabadora portátil de minidiscos.
La diferencia de precio entre una grabadora y un simple reproductor es pequeña. En el comercio casi no hay minidiscos ya grabados. Un reproductor de minidiscos puede costar unos 143 dólares, mientras un grabador cuesta apenas unos diez dólares más. Para quienes no reparan en el costo, hay reproductores portátiles de minidiscos de calidad superior por 500 dólares y más.
Los reproductores de minidiscos más simples, solo destinados a escuchar música, son mucho más caros que un CD portátil de calidad comparable. Estos aparatos suelen costar menos de cincuenta dólares. Más aún, la mayoría de los consumidores de música tiene ya en casa un reproductor de CDs y discos pregrabados como parte de su equipo estéreo, y por tanto no necesitan transferir música a un nuevo soporte.
Los grabadores portátiles de minidiscos ofrecen también la posibilidad de grabar dictados. Sin embargo, es aconsejable que el comprador ponga atención a los requerimientos de potencia y la duración de un aparato determinado, señala Noll.
"No vale la pena menos de diez horas de música", señala el experto.
Aparatos más exigentes ofrecen un buffer "antishock" de no menos de cuarenta segundos. Esto quiere decir que los datos no son leídos directamente del disco, sino almacenados primero en una memoria temporal antes de ser reproducidos.
"Una ventaja de los minidiscos es que el usuario puede poner en ellos las fichas que quiera", dice Markus Nierhaus, de Sony. Esto es así porque el minidisco almacena información de la misma forma en que se guarda en un disco duro.
Es decir, si un usuario decide borrar de un minidisco una pieza de cinco minutos, puede llenar el vacío con otra de siete minutos mientras el disco tenga aún espacio suficiente. Los dos minutos adicionales serán desplazados al final del minidisco o en otro espacio disponible.
A Sony no le preocupa demasiado la competencia con otros soportes y formatos portátiles, y el consorcio ha anunciado nuevos modelos para antes de mediados de año. "Habrá muchas novedades técnicas en la línea", asegura Nierhaus.
