Los seguros privados no se diferencian en nada de nuestro querido Seguro Social. Ambos surgen de una necesidad: los seguros privados son la respuesta que inventó el hombre al anhelo de seguridad de todos los seres humanos. En ese sentido, el seguro de vida o los fondos de pensiones son los instrumentos capaces de transformar las buenas intenciones y la previsión en dinero en efectivo para hacer frente a las necesidades y a los riesgos diarios como invalidez, vejez y muerte. De lo contrario, si ahora nos cuesta vivir con un salario completo, ¿qué se espera de una jubilación que no alcanza ni para el supermercado?
Ya sea a nivel privado o a nivel gubernamental, el seguro cumple una función tan importante que aún no se ha inventado otro instrumento financiero capaz de devolver tanto por tan poca inversión. Sin embargo, ambas deben regirse por principios básicos inviolables que si por alguna razón se descuidan pueden llevar a cualquiera institución a la insolvencia o a la quiebra.
Veamos cuáles son algunos de estos principios básicos y hagamos una relación entre las aseguradoras privadas y la Caja de Seguro Social. El primero y más importante es el principio de buena fe que tiene que ver con el concepto de "riesgo puro", es decir, se refiere a cubrir a un asegurado cobrando un monto justo que en los seguros privados se denomina "prima", la cual ha sido calculada científicamente de acuerdo a la edad de la persona y conforme al principio de probabilidad de ocurrencia del riesgo, ya sea invalidez, vejez o muerte. En el Seguro Social le denominamos "cuotas" y estas son calculadas de un porcentaje fijo del salario. Al final lo que ambas queremos medir es la probabilidad de mortalidad (muerte - sobrevivencia ) o morbilidad (enfermedad o invalidez). Sin embargo, en el momento en que "la especulación" o el "juega vivo" se hace presente se produce algo que llamaremos "insuficiencia de prima o de cuotas". Es decir, ningún pago, ni siquiera el incremento de cuotas puede ser suficiente si una institución como la Caja de Seguro Social se enfrenta a fraudes o a la actitud de "sacarle provecho o ventaja" a la institución.
Aquí tocamos dos temas importantes y en ambos casos nuestro Seguro Social tiene serios problemas. El primero es el "juega vivo". La única solución es el cambio de actitud y la concienciación de los usuarios del sistema. El otro aspecto importante es la " insuficiencia de prima". En los seguros privados cada asegurado "asume" y paga por su riesgo, de lo contrario no habría suficientes recursos para hacerle frente a las reclamaciones. ¿Por que creemos que el Seguro Social es diferente? No hay justicación técnico-actuarial para que con el pago de un solo asegurado se atiendan tres o cuatro beneficiarios o dependientes más. Si el Seguro Social quiere cambiar este principio básico para "salvaguardar la función social de la Caja" solo tiene una salida: compensar esas primas o cuotas con subsidios u otra fuente de ingresos. El concepto de las reservas y de las inversiones no cabe aquí, ya que de utilizarse para compensar estas insuficiencias de cuotas agotaríamos los recursos para desviaciones futuras; en otras palabras, estaríamos abriendo otro hueco en la institución.
El segundo principio importante es el principio de mutualidad que significa básicamente que las "pérdidas de pocos son cubiertas por la contribución de muchos". De allí que el cobro de una prima o cuota justa se haga indispensable para mantener la equidad en el sistema. Si queremos un diagnóstico a la situación que enfrenta actualmente la seguridad social diríamos que "las pérdidas de muchos ( los beneficiarios) no están siendo cubiertas por la contribución de pocos (los asegurados) ". En otras palabras estamos haciendo las cosas al revés.
El tercer principio básico es el principio indemnizatorio, que quiere decir que " el seguro no es para ganar, el seguro es para no perder". Para recibir una indemnización debo haber realizado los pagos correspondientes y el riesgo debería ser puro. Nuevamente se enfoca aquí el tema de los valores y la honestidad. Si el seguro se tornara especulativo, igualmente de estaría violando una regla fundamental de nuestro negocio, lo que a la larga llevaría a cualquier compañía de seguros a la insolvencia. Aquí entra además del tema de los valores, el tema de los controles, de las auditorías, no podemos dejarlo todo en manos de "la buena fe".
El cuarto principio inviolable es el principio de equidad, que significa básicamente que cada riesgo o asegurado debe pagar lo justo y debe evaluarse de acuerdo a sus condiciones y características. Nuevamente enfocamos aquí el tema de los asegurados y sus beneficiarios. No hay manera de lograr que el sistema sea equitativo y se mantenga sin cobrar el precio justo a cada asegurado.
¿Qué probabilidad de supervivencia tiene una ley que obvia estos puntos tan importantes? ¿Por qué castigar a la clase media con un techo a su jubilación solo para compensar una medida netamente política tomada bajo el lema "Sistema Integrado de Salud", pero que fue implementada sin considerar medidas alternas y sin prever los problemas futuros? Si unimos estas "debilidades" del sistema a una mala administración en donde los egresos son mayores que los ingresos, el resultado es predecible.
Quisiera creer que el equipo asesor realizó un buen diagnóstico de la situación de la CSS, analizando cada una de las áreas que impactan los resultados financieros de la institución; no obstante, el reto que enfrentamos nos obliga a revisar nuevamente todos los puntos, asegurándonos de que la solución que encontremos sea verdaderamente integral y ayude a prevenir y a corregir los desajustes sociales que se originan por las dificultades económicas o de la inseguridad a que se enfrentan las familias panameñas.
