De la cantadera al jazz



El jazz de Carlos Ubarte no nació en Nueva Orleans ni en Nueva York. Sus raíces están en El Limón, un pequeño pueblo de Herrera, según cuenta este músico de 28 años oriundo de Santiago de Veraguas.

Ahora bien, cabe destacar que Ubarte no ha sido el único en fusionar la música folklórica panameña con el jazz. Danilo Pérez lleva ya rato en esto, y gracias a ello ha logrado reconocimiento internacional. “Danilo siempre ha tenido y va a tener cierta influencia en mí”, dice Ubarte. Una de las cosas que lo diferencia de su “maestro y amigo”—mantiene— es que él lleva estos ritmos como algo más innato. “Yo vengo del interior, yo nací y crecí en ese ambiente... Es algo que traigo de mi familia, no es algo que me he obligado a estudiar”, dice. (Su abuela fue cantante de tamborito; tíos y primos cantan décimas).

Ubarte grabó recientemente su primer disco, Raíces de Fuego, el cual describe como un enorme logro dada la difícil situación que enfrentan los “jazzistas” en nuestro país. Pero ese ya es otro tema.

“Lo que hago es adaptar el jazz a la música panameña, no la música panameña al jazz”, explica al hablar de su producción, que grabó con instrumentos e instrumentistas del interior. Músicos autóctonos, que no idóneos.

Sin embargo, en su presentación del miércoles, Ubarte no podrá tocar sus temas de la misma forma en que lo hace en el disco. Tendrá que adaptarlos al formato de cuarteto (bajo, piano y batería) que lo acompañará ese día.

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